Fue reconocida la trayectoria deportiva de Miguel Camacho Medina, entrenador de voleibol de la vieja guardia y técnico académico de la Dirección de Actividades Deportivas de la Universidad Veracruzana.
Además se hizo homenaje póstumo a los profesores Arturo Vázquez Morales y Jorge Limón Barbosa.
En la duela del gimnasio “Omega”, decenas de invitados fueron testigos del acto en el que se otorgaron los presente.
Silvia Romero Retureta, Adriana Huesca Castillo, Rafael Salmones y Beatriz Hernández Gómez dieron un paso importante en el reconocimiento de quienes dieron y han dado gran parte de su vida a la formación de deportistas y, por ende, de buenos ciudadanos.
“Yo no me esperaba esto, sino que fue Rafael Salmones, quien fue mi alumno hace muchos años, quien empezó a contactarse con otros ex alumnos y amigos y me comunicaron que me iban a hacer un reconocimiento”, dijo con la sencillez de siempre el profesor Camacho, emocionado por el gran detalle de quienes tuvieron la iniciativa y decisión de valorizar, con este acto, su entrega al deporte.
Camacho negó ser un símbolo del voleibol xalapeño, “reconozco mi trabajo. He luchado para que la juventud haga deporte, porque es muy importante ahorita con todas las enfermedades que hay”, aseveró el homenajeado.
Sobre las nuevas generaciones de voleibolistas, Camacho Medina dijo que hay gente con mucho talento que debe recibir preparación actualizada para lograr niveles importantes.
En cuanto al nivel de competitividad en Halcones, Camacho Medina acotó que la clave son los elementos que llegan a la entidad educativa,
“Ahora no sólo es Universidad (Veracruzana) sino que hay otras, las particulares por ejemplo; como dan beca se llevan a los mejores y con lo que nos dejan con eso trabajamos y tenemos que luchar”, asentó el cosamaloapeño.
Como mensaje a las generaciones con las que ha trabajado en la cancha de entrenamiento, Camacho dijo que “es muy importante que cuiden su salud, que eviten lo que les daña. Es lo más importante.
«Tengo 78 años de edad y 53 laborando en la UV. Jugando el voleibol tengo 58 años. No pienso dejar de trabajar porque todavía hay ‘cuerda’ para más”, concluyo.