Es difícil no ser diferente cuando eres tan bueno.
No se puede pasar desapercibido cuando has sido, junto con Hugo Sánchez, el mejor jugador de la historia del futbol mexicano.
Rafa Márquez decidió irse, no sé si como le hubiera gustado.
Ha sido brutal su capacidad para triunfar como grande en uno de los equipos más grandes del mundo, Barcelona.
Ahí estaba el corazón de México cada vez que Rafa saltaba a la cancha, cada año más fuerte, más técnico, más líder.
Pero el tiempo de su adiós ha llegado. Se va vestido de rojinegro, como empezó su carrera. Luego vistió las casacas del As Mónaco, FC Barcelona, Red Bulls, León, Hellas Verona y de nuevo en Atlas.
Era notable su capacidad de influir en el vestuario, de animar.
Ganó la Liga, Copa y Súper Copa francesa con el Mónaco. Con el Barcelona obtuvo 4 ligas, tres Supercopas de España y una Copa del Rey.
Con el “Toro rojo” de la MLS consiguió el título de la Conferencia Este y dos copas del Atlántico.
En México se coronó con León en dos ocasiones.
En el plano internacional Rafa ganó tres Champions League y un Mundial de clubes con la escuadra blaugrana.
En el Tri tuvo el gafete de capitán desde 2002. Ganó la Copa Confederaciones, dos Copas Oro y una Copa Concacaf.
Para Rafa es hora de decir adiós. Lo hará primero en la Liga en 180 minutos que le restan al Clausura 2018. Chivas y Pachuca serán los últimos rivales para el “Marqués tapatío”. Con esos equipos escribirá su último verso.
Rafa es un imprescindible en la historia del deporte mexicano. Llenó con brillo la época desértica que se generó luego de que Hugo abandonara las canchas.
Dejará como herencia su sello personal.
Pero calma señores. A Rafa lo podríamos ver en Rusia como un merecido tributo a su carrera.
¿Tendrá Osorio la capacidad de entender que Márquez debe estar en el Mundial, no por piernas, sino por historia?
Creo que sí lo sabe. Sí lo entiende, pero en torno a una convocatoria pululan muchos factores.
Las firmas patrocinadoras quieren a sus figuras en el Mundial. Los hacen jugar aún enfermos, bajos de juego. Es mucho dinero lo que hay en juego.
Rafa ya no es tan mediático, pero su historia lo respalda. Se trata de una carrera legendaria, pero hay quienes eso no les importa.