Oscar García Galán espera instrucciones del cuerpo técnico de la Sub 17 del Necaxa MX para iniciar entrenamientos en Aguascalientes o desde aquí, a través de la tecnología.
El espigado zaguero central se nota muy participativo en su diálogo, mucho más que cuando salió de Xalapa hace un par de años para enrolarse en la sub 15 de los «Hidrorayos».
El ex jugador de Delfines se nutre de muchas vivencias en su club. Desde el orden y la organización para entrenar, viajar, descansar, estudiar y comer, hasta la convivencia, a veces fortuita, con jugadores del primer equipo.
Pero el jugador que seguramente será inolvidable para Oscar es el argentino Maximiliano “Maxi” Salas, integrante del primer equipo necaxista.
Fue en la ocasión en que a Oscar se le extraviaron unos tacos. Esa situación generó una de las experiencias más significativas en lo que va de su vida.
Oscar nos cuenta su vivencia en Necaxa. La considera inolvidable.
Cierto día dejó su par de tacos en la ventana de su apartamento para que “se suavizaran”.
“Al otro día me desperté y sólo vi un zapato. Se me hizo raro. Pregunté a todos mis compañeros, pero sólo respondían ‘quién sabe’”.
“Ese día no entrené y el taco no aparecía. Eran los únicos que tenía. Lo más desesperante fue que nadie me daba respuesta positiva, pero lo peor era que al otro día jugábamos contra Morelia”.
“De una u otra manera mi problema llegó a oídos de Maxi Salas. Probablemente sabía que se trataba de un posible robo. Cuando se dio la oportunidad me dijo: ‘mañana preséntate temprano porque te voy a regalar unos tachos (tacos)’.
“Ya el sábado temprano fui a donde están los lockers de los jugadores. Ahí estaba Maxi. Puso tres pares sobre la mesa. Pensé que me regalaría uno. Eso hubiera sido suficiente… ¡pero me regaló los tres!.
“’Aliviánate’, me dijo’ y eso significa para mí mucha humildad’. Le agradecí sinceramente y me resultó tan especial el hecho que quiero seguir ese ejemplo”, finalizó el necaxista.