Andrés Sánchez (Toluca) y Oscar García Galán (Necaxa) llevan tácita la estafeta de Delfines de Xalapa.
Es cuestión de días para que ambos se enrolen nuevamente en sus plantillas, ahora en la división Sub 17.
Ellos no pierden el tiempo. Todo es aprovechable. Hasta las horas de descanso en la sala de su casa les deja algo de positividad.
Pasan tiempo con su familia, a la cual deberán dejar en breve otra vez para continuar su sueño de trascender en instituciones que son garantía de trabajo serio y progresivo.
Y en eso de aprovechar el tiempo, Oscar y Andrés tuvieron sesión motivacional. Presenciaron el video que exhibe parte de la vida de Hugo Sánchez Márquez.
Sacaron conclusiones. Hablaron de disciplina, del sentido de la anticipación, del ser atletas y de hacer de la constancia su aliada.
“Deben trabajar más que los que más trabajan”, frase que salió a relucir previo a la charla con el presidente y fundador de la Escuela Delfines de Xalapa, Héctor Hugo Arellano.
“De su esfuerzo depende que logren lo que quieren”, les refirió Arellano al par de jóvenes quienes hace dos años tomaron la decisión de salir de casa con el equipaje lleno de ilusiones.
Agregó:
“Siempre esperamos que nuestros ex jugadores logren metas cada vez más elevadas. Ellos tienen todo para llegar a la Primera (división).
“Les pedimos mucha concentración y disciplina, que son –entre otros—valores que transmitimos permanentemente a todos nuestros jugadores en Delfines”.
Recordó Arellano a otro par de elementos ex cetáceos que siguen en pos de convertirse en jugadores de primer nivel. Se trata de Daniel Alonso Aceves, categoría 2001 y Emiliano Cazarín (2002), con formación en Tuzos del Pachuca de la Liga MX.
Ahora Oscar y Andrés se han sacudido los temores. Se ven confiados en sus cualidades. Ambos recibieron el llamado de sus clubes para concretar dos aspectos prioritarios, hacerles saber del interés que tienen por ellos y evitar distracciones que les pueda hacer perder su lugar.
HUGO SÁNCHEZ
El hablar de Hugo Sánchez es emplear palabras mayores. El “Niño de oro” fue un fuera de serie que maravilló al mundo.
En su historial resaltan sus 38 goles en la temporada 1989-1990, marca con la que igualó la del mítico Telmo Zarra, impuesta 39 años antes.
Con esa friolera de goles Hugo entró al libro de récords Guinness porque todas sus anotaciones en ese torneo fueron a un solo toque.
Pero Oscar y Andrés quieren escribir su propia historia. Cuentan con gente que les apoya como su ex entrenador, el profesor Erick Fajardo. El estratega los conoce desde infantes. El tiempo los ha unido con fuertes lazos de confianza que ha dado como resultado una retroalimentación mutua.