Tiburones Rojos está por iniciar el Clausura 2018. Necaxa lo espera el próximo sábado en la el estadio “Victoria” del meritito Aguascalientes.
En los próximos seis meses –o antes— se definirá su estadía en la Primera División o su descenso.
También podría definirse la plaza en el puerto pues hay fuertes rumores de que su destino, si es que libra el descenso, sería Chiapas.
Esas incógnitas las responderá el tiempo. Lo que está enfrente es el desafío de iniciar sumando fuera y en casa.
Desde la creación de torneos cortos en el Invierno 1996 hasta el Apertura 2016 han pasado dos décadas en las que la tendencia del equipo escualo en la jornada 1 es negativa. Llega a casi 20 derrotas en sus primeros cotejos, por 9 victorias y 11 empates.
En lo más reciente –Apertura 2017–, jugando en la cancha del Luis “Pirata” de la Fuente y ante el mismo Necaxa, los “escualos” –dirigidos entonces por Juan Antonio Luna– cayeron 0-2 con goles anotados por Jesús Isijara y Carlos Gonzáles a los minutos 11 y 18.
En los últimos tres enfrentamientos los Rayos se han impuesto en dos partidos, por una derrota.
En datos generales, Tiburones no gana en la Liga desde el 26 de septiembre de 2017 cuando se impuso en el “Pirata” 2-1 al Morelia. De ahí sumó derrotas contra Cruz Azul, Toluca, León, Chivas, Tigres y Atlas y sólo registró un empate (0-0) ante Xolos
Durante el pasado torneo el equipo que ahora dirige Memo Vázquez ganó la mísera cantidad de tres partidos y perdió 11, con 2 empates.
Los números hablan por sí solos y reflejan el por qué Tiburones está en la cuerda floja.
Así que el juego del próximo sábado ante Necaxa exige mucho a la plantilla porteña. Hay que reconocer que lo hecho en pretemporada es satisfactorio, especialmente por haber vencido a Cruz Azul. Sin embargo a la plantilla le sigue faltando jugadores de peso los cuales no se sabe si vendrán o si lo harán a tiempo.