VERACRUZ, Ver., 9 de enero.- Tiburones Rojos viaja este martes a Guadalajara con buena actitud por delante
Iniciará contra el Atlas su participación en el Torneo de Copa, el mismo que en 2016 ganó derrotando de la mano del técnico Carlos Reinoso 4-1 al Necaxa en la cancha del “Pirata” Fuente. Desde entonces los escualos han pasado sin pena ni gloria en la justa que nació en 1932 con el nombre de Copa México siendo el primer monarca precisamente el cuadro necaxista .
Cabe señalar que en 1947-1948 Tiburones, dirigidos por el español Joaquín Urquiaga, se coronó en la trigesimosegunda edición y quinta en la llamada época profesional tras superar 3-1 al Guadalajara en un repleto estadio de Ciudad de los Deportes.
PRIORIDAD
Obviamente la prioridad del cuadro porteño debe estar en librar el descenso, por lo que la Copa queda en segundo plano.
La plantilla que se presentará en el “Jalisco” este miércoles estará integrada por jugadores que desde la pretemporada vienen haciendo bien las cosas y que no vieron acción en el empate sin goles ante los Hidro-rayos con el que arrancó el Clausura 2018.
A decir del técnico Guillermo Vázquez el equipo enfrentará la Copa con la misma seriedad que la Liga. Los sabemos y no debe tener otra postura, pero la crisis porcentual que atraviesa el equipo no debe despistarlo del objetivo.
¿Para qué se quiere un título de Copa si los vas a disfrutar en el la Liga de Ascenso?.
Seguro que el equipo tiene el objetivo bien claro y sabe que el lograrlo depende de sí mismo, pero también del juego y el acierto de los involucrados dígase Querétaro, Atlas, Puebla y hasta Santos, porque en la tabla de posiciones y en cualquier otra no es lo mismo perseguir desde abajo que ser perseguido.
Volviendo a la Copa el juego será de presión para el Atlas porque necesita ganar, justificante ideal para refrescar el ánimo de su afición, la que lo vio perder el sábado (1-2), desaprovechando el bajón que tuvo el León en la parte complementaria.
A los rojinegros eso les aflige ahora y el juego ante Tiburones es una oportunidad para sanar –aunque poco– la herida.