MANUEL GARCÍA PERDOMO LANZA AL AIRE SU PRIMERA COLUMNA…¡NO SE LA PIERDA!

 

Antes de comenzar a embadurnar estas “cuartillas” –nombre que les daban los encargados de talleres, a las hojas que se podían reciclar por el lado, supuestamente limpio- queremos agradecer por este conducto, la deferencia que nos ha dispensado nuestro gran amigo y compañero en el DX: Francisco Alvarado Muñoz, quien ha tenido la no muy brillante idea de incluir en su “roster” del CANCHERO XALAPA, a este dinosaurio quien comenzó a maltratar –y desperdiciar- aquellas cuartillas con las cuales los reporteros hacían sus notas informativas que, una vez revisadas, eran trasladadas a los humeantes talleres, donde se encontraban los infernales, escandalosos, pero creativos “Lynotipos” que eran manejados por verdaderos maestros de la materia y que, al observarlos laborar parecía que uno se encontraba frente a un conductor trailero o un maquinista de aquellos monstruos de vapor que, en parte, forjaron el movimiento revolucionario de nuestro país.

Precisamente, cuando el territorio mexicano comenzaba a disfrutar de una supuesta tranquilidad, a mediados de la década de los años 40’s arribó a la escuela primaria “Enrique C. Rébsamen”, un joven entrenador que iba en representación de aquella primera Liga Xalapeña de Béisbol y que llevaba como misión seleccionar a algunos alumnos de los grados de quinto y sexto año, para conformar la Selección Infantil de Béisbol, que representaría a la Atenas Veracruzana en el inminente I Campeonato Estatal, en donde los chiquillos capitalinos habrían de encontrarse con verdaderos fenómenos de la citada categoría, como el poderoso “Encanto” del puerto de Veracruz; los “Azucareros” de Villa Cardel, los “Camaroneros” de Alvarado; por supuesto, los “Cafeteritos” de Córdoba, entre otros conjuntos que ya no alcanzan a recordar esta vieja MP3.

El joven entrenador, oriundo del puerto alvaradeño respondía el nombre de: Rafael Valerio Figueroa y entre varios peloteritos de la mencionada Escuela, seleccionó a verdaderos jugadorcitos como: Juanito Molina, Lorenzo Santorum, Nicolás Hernández –un portento con el tolete- Carlos Manuel Alarcón, Felipe Amaro y al que esto escribe y a quien, el entrenador que más adelante sería conocido como el “Capi”, casi nunca alineó en los juegos oficiales, ¡vaya usted a saber la razón! con todo y que los pomadosos seleccionados tenían que presentarse en el vetusto Parque Colón los días martes y jueves por la tarde, para entrenar y afinar los detalles beisboleros que aplicaba don Rafael.

La Selección Xalapa y sus integrantes, fueron bien tratadas por la autoridad municipal: para sus desplazamientos a las distintas ciudades de la entidad, ocupaban aquellos flamantes autobuses de la vieja línea ADO, cuyas ventanillas contaban con cortinitas, toda una novedad para los pequeños jugadores; en Veracruz-Puerto, Cardel y Alvarado fueron enviados a los mejores restaurantes, pero toda aquella buena atención no sirvió de nada, pues en un enorme encuentro que tuvo lugar en el desaparecido Parque Deportivo Veracruzano del vecino Puerto, los “chileritos” perdieron un enorme duelo ante el poderoso “Encanto”, cuyo roster estaba integrado por peloteros que, más adelante harían historia con el ahora desaparecido Rojos del “Águila” de Veracruz.

La vida da sus vueltas: años más tarde encontramos al “Capi” Valerio como secretario de la Liga Xalapeña que comandaba con Joaquín Burillo Díaz, precisamente a mediados de los años 60’s al iniciar nuestra misión informativa.

Es obvio que, para comenzar, iniciamos nuestra incursión en el viejo circuito donde, sin ocultar su sorpresa, ambos personajes junto con el “comefierro” Godofredo Calles, Ricardo Suárez, Armando Virués, entre otros, nos dieron la bienvenida al tiempo de que nos indicaban la forma cómo se difundían los juegos de este circuito y en donde todavía existía la inmortal categoría de Segunda Fuerza, conformada por verdaderos trabucos: el campeonísimo Transportes Xalapa, El Universal, Comercio, Hilanderos de San Bruno, Ferrer Guardia, etc.

Desde entonces, conocimos la forma cómo los directivos de la Xalapeña llevaban sus controles estadísticos, algo tan relevante en una organización deportiva; el encargado de todo era, claro, el “Capi” Valerio: confeccionaba los roles, difundía los resultados de las cinco categorías de que constaba la Liga y, sobre todo, lo más importante: se daba su tiempo para elaborar las siempre imprescindibles estadísticas: Tablas de posiciones de los equipos, estados del bateo y pitcheo, colectivo e individual, todo ello de capital importancia, sobre todo para quienes –dos o tres medios de difusión- gustaban de hacer sus informaciones con verdadero profesionalismo. “A veces no difundimos los standings, porque nadie les hace caso y es un trabajo muy laborioso” escuchamos decir al “Capi” Valerio, pero cuando se percató de que “un medio de comunicación” sí le hacía caso a sus tablas, entonces se esmeraba por difundirlas, lo que ocurría cada dos semanas.

Las estadísticas, en toda organización deportiva, es un renglón muy relevante; si usted no cuenta con ellas, literalmente labora ciego al confeccionar sus notas informativas; es muy importante saber cómo van los equipos, de cualquier deporte de conjunto, para estar en situación idónea de informar con veracidad.

Un “Capi” Valerio, le hace mucha falta a la joven y pujante Liga de Béisbol Regional de Banderilla, circuito que, desde que inició sus actividades allá en el barrio de San Bruno, ha contado con la participación de muchos equipos, aquellos que rompieron un viejo “cordón umbilical”, luego de abandonar a la vieja Liga.

Y hasta la próxima.