“Es mi labor representar al futbol rápido y al futbol 7. Me debo a quienes me eligieron como presidente de la federación”, dijo Alfredo Maccise Saade durante el cierre de la competencia nacional que reunió en Xalapa a más de 130 escuadras de diversos estados.
Ya con todo listo para el viaje de regreso, el presidente de la Federación Mexicana de Futbol 7 y Futbol Rápido dijo que la gente “quedó completamente maravillada con esta gran convivencia”.
En contraparte el desorden en la programación de juegos, cambios improvistos de escenarios, la falta de criterio en la asignación de escenarios, horarios, ausencia de servicios médicos en algunos escenarios y otras cosas más crearon una atmosfera de malestar entre entrenadores, presidentes de asociación y padres de familia.
Fue entonces que Maccise Saade trató de afrontar el síndrome del “espejo deformante”, en el que se reflejan siluetas bellas, pero que realmente son feas.
Supo que el problema es la realidad deformada de que no todo estuvo bien en el torneo.
“El nacional es un evento enorme. Fueron tres días de intenso trabajo. A veces nos confiamos, pero la realidad es que este es un gran rompecabezas que armamos cada quien en su lugar”, agregó Maccise quien así desamparó al comité organizador, responsable de los programas de juego y de los constantes cambios de última hora.
Maccsise dijo que “se programaron 255 juegos y llegaron 2 mil 100 jugadores; se consideraron 18 canchas de juego en una área en la que, de cancha a cancha, hay como mínimo 15 minutos”.
El federativo vio con buenos ojos que el año entrante Xalapa albergue nuevamente el Torneo Nacional.
“Si el comité organizador y don Mario Santés (presidente de la Asociación Veracruzana de la especialidad) me dicen ‘sapo… yo brinco’, pero hay que recordar que se tiene éxito en este evento porque cada quien hace lo que tiene que hacer. No buscamos envidias, no buscamos ganar por ganar.
“Toda la gente está convencida de que este evento es formativo y de convivencia. Por eso los participantes se sienten bien”, concluyó.