(Segunda de tres partes)
Una década (1987 a 1997) de labor en el Club América le dieron a Godofredo Forzán vivencias inolvidables.
El DUX y la Rama de la tercera división, así como su prolongada labor en el Centro de Capacitación (CECAP) de la FMF habían quedado atrás.
Ahora se abría un campo aún más amplio, ‘un gajo desconocido del balón’, en una de las entidades más importantes de México y del Continente.
Llegó al “nido” invitado por “Panchito” Hernández, ícono del americanismo. Este personaje es considerado una de las principales fuentes de fortalecimiento de la plantilla con el prolongado visoreo de jugadores de alto nivel y rentabilidad.
Para que un jugador llegara al América debía pasar por un minucioso programa de scouteo que duraba uno o dos años.
El seguimiento incluía la forma de vida del jugador, su familia, su forma de pasar el tiempo libre, hábitos y, por supuesto, su liderazgo, actitud y eficacia dentro de la cancha.
En esos 10 años de ser parte de la entidad americanista Forzán Portilla, como director del Centro de Formación (7 años) y como
vicepresidente deportivo (3 años) fue testigo y protagonista en una de las etapas más prolíficas del cuadro de Coapa.
En esa década el América obtuvo los títulos de Campeón de Campeones (1987-1988), Campeón de la
Liga de Campeones de Concacaf en 1987, 1990 y 1992, de la Copa Interamericana, en 1991 y de los títulos de Liga 1987-1988 y 1988-1989.
CRUZ AZUL
Tras escribir su historia en el club América, con un mayor conocimiento de las condiciones y circunstancias que rodena al futbol profesional, las cuales lo condujeron a ser uno de los directivos más importantes de la historia del futbol veracruzano, “Godo” llegó a otro de los llamados grandes: Cruz Azul.
“Estuve seis años en el Cruz Azul. Participaba en asuntos del primer equipo, pero más que nada en el área formativa. En esos años que estuve
colaboraba con el licenciado José Luis “Gorras” Guerreo, gran ex futbolista de la Máquina quien también jugó en Pumas y Monterrey.
“Me dieron el área formativa… ¡y es inmensa!
“Teníamos escuelas de futbol, escuelas filiales, equipos de Tercera, equipos de Segunda, además de equipo de Primera “A”, Lagunas Oaxaca; había un centro de formación en Guadalajara; lo de Jasso, Hidalgo.
“Y a parte de La Noria, teníamos el Seminario (Menor de Acoxpan). Todo eso era un ‘monstruo’ para que los chicos tuvieran opción de dónde ir.
¿Qué piensas sobre las críticas a los directivos de Cruz Azul a quienes se señala como principal razón de no ganar títulos?
“No, una institución como Cruz Azul y de la mayoría actualmente, no son nada más los directivos. Son estructuras muy definidas con la participación de muchos personajes, digamos jugadores, cuerpo técnico, etcétera… ¡vaya, hasta influye el cuerpo médico!
“Antiguamente se daba este tipo de fenómenos. Había presidentes que decían y decidían todo. Hasta con nuestro queridísimo Tiburón. Me acuerdo de la época de don Pepe Lajud. ‘Era antes de Pepe Lajud y después de Pepe Lajud’.
“Y así te mencionaría a otros como el León con Roberto Zermeño; Morelia, con Nicandro Ortiz.
Eran otros tiempos, otras estructuras. Actualmente, no.
“Pero al reunir ciertos factores al final tienes que decir que si la directiva fue la que contrató al cuerpo técnico, al director deportivo, autorizó a los jugadores, etcétera, ¿pues es la responsable, no?
“Cruz Azul, pase lo que pase, tiene una gran afición, y ahí estuvimos seis años hasta que nos invitaron a trabajar en los Tiburones Rojos, en el 2005. (CONTINUARÁ)