No son los jugadores de moda, pero conforman el bloque histórico del futbol xalapeño.
Las nuevas generaciones de futbolistas no los ubican del todo, pero quienes hoy tienen más de 40 años de edad saben de sus hazañas, de su “genealogía futbolística”.
Los Delfines de Xalapa se dieron cita como casi cada año para la cáscara del recuerdo. Jugaron y se divirtieron a sus anchas en el lugar donde escribieron parte de su inolvidable historia, el estadio Quirasco.
No hacía falta más que un balón y una memoria dispuesta para que surgiera la magia.
Todos fueron “merlines”, cada quien con sus habilidades para pasar, controlar, “raspar” el balón y para dominar los kilos de sobrepeso.
Cierto, faltaron muchos, pero quienes estuvieron se convirtieron en la materia prima necesaria para que los asistentes en la grada dieran un tour por la ruta de los recuerdos.
Ahí estuvo el equipo que fuera titular en aquellos tiempos. Se ausentaron quienes tuvieron sus razones y se extrañaron a aquellos que seguramente vieron el juego desde el cielo.
En el banquillo no podía faltar Julián Martínez Vázquez, el técnico con mayor relevancia que tuvo Delfines llevándolos al subcampeonato de la Tercera División.
El buen “Alemán” no logra sacarse aún la espina del alma, esa que dejó el no haber sido considerado para permanecer en el equipo cuando este ascendió a Segunda División “B”, proyecto que no trascendió y, por ende, no dejó huella.
Al final de cuentas el equipo Naranja se impuso 4-2 al Blanco que se había puesto en ventaja con el gol de “Kalú” García, increíblemente anotado de cabeza, luego de un preciso servicio de Beto Lazcano.
Los naranja empataron el cotejo cuando “Quique” López peleó y robó el esférico en el área rival y habilitó a “Rasca” Castillo quien fusiló a “Gori” Sánchez.
El 2-1 llegó para la escuadra naranja en una descolgada de Jimmy Castañeda quien le ganó el duelo a Fidel “Potro” Cruz quien definitivamente no quiso chocar a su camarada y amigo quien se filtró al área y percutió con potencia para marcar.
Los blancos reaccionaron nuevamente y pusieron el partido 2-2. Fue en una acción en la que “Nando” Hernández, a base de velocidad, pasó entre Geovanni Albarrán y René “Capi” Olmos para poner medio gol a “Kalú” quien no perdonó.
La fiesta del gol siguió cuando los blancos dieron la voltereta al marcador (2-3) en una descolgada del muy activo Beto Lazcano quien se filtró por izquierda y mandó un servicios medido para la llegada de su compadre Enrique “Tractor” Alarcón quien conectó el balón con potente cabezazo.
De nueva cuenta se empató el juego ahora con el gol de los naranja. “Rasca” Castillo marcó con su trote dentro del área la dirección en la que debería recibir el balón y todo salió como lo esperaba. El velocista esperó el bote del balón para tocar por encima del arquero y marcar el 3-3.
Las emociones siguieron en ambas porterías con algunas fallas garrafales, pero lo poético del partido llegó a instantes de que se escuchara el silbatazo final de Ceja Junior.
Desde media cancha Martín Olmos tomó el balón levantó la cabeza y mandó un obús que se metió al arco para el 4-3 definitivo. ¡Qué golazo!
CONVIVIO
Luego del encuentro los “Delfines forever” se trasladaron al restaurante “Los Fernández” donde departieron sus muchos recuerdos y degustaron sus platillos de preferencia “en el mejor lugar para comer mariscos”, dijeron.