EL MIEDO Y LO INSOSPECHADO RODEARON LA MUERTE DEL GRAN AYRTON SENNA

El miedo y lo insospechado rodearon la muerte del piloto brasileño Ayrton Senna.

El triple campeón mundial de Fórmula 1, fue un ídolo. Adoraba la velocidad, a Dios y a su familia. Los malos presagios previos a su muerte concluyeron en una curva del circuito de Imola, en San Marino, cuando era el número 1.

El fin de semana estuvo cargado de señales. «Nunca le vi tan tenso…», explicó Reginaldo Leme, periodista brasileño. «El coche es… peor», resumía Senna.

 Primer aviso: los accidentes de Barrichello y Ratzenberger durante los entrenamientos.

«Necesito controlarme, hago cosas con ese coche… a 320 kilómetros por hora», dijo preocupado. «¿Por qué no nos retiramos y nos vamos a pescar?», le

dijo Sid Watkins, el médico de los pilotos, que lo quería como a un hijo. «No puedo retirarme», contestó Senna. «No quería correr», asegura Leme. Algo le empujó a su destino.

La mañana del 1 de mayo de 1994, Senna abrió la Biblia: «Dios te dona el mayor de los presentes, que es el propio Dios», decía el pasaje.

LOS INMORTALES Ayrton Senna y Juan Manuel Fanggio.

 Iba en cabeza cuando enfiló la curva de Tamburello. El choque fue seco, duro. Ron Dennis lloraba. Alain Prost, desde la cabina de prensa, se echaba las manos a la cabeza.

No tenía ni un hueso roto, ni un moratón. Si la barra de suspensión le hubiera golpeado unos centímetros arriba o abajo, hubiera sobrevivido.

SE FUE como el número 1.

«Suspiró y su cuerpo se relajó. No soy religioso, pero pensé que su espíritu salía de su cuerpo», explicó Watkins, uno de los primeros en llegar.

Su féretro recorrió São Paulo en un camión de bomberos, entre una multitud que lloraba su muerte: «Solo teníamos salud y un poco de alegría. Ahora la alegría se fue».

¿Qué encontraron en la cabina del piloto tras el fatal accidente?

Una bandera austriaca con el número de auto de Roland Ratzenberger que falleció durante las pruebas, un día antes  de la competencia.  Senna  tenía pensado ondear el pendón si ganaba la carrera. Ambos  no lograron esquivar la muerte.

TRES títulos mundiales logró el brasileño.