Señoras y señores, ayudemos a que haya un ambiente mejor  para los niños. Ahora que se acerca el día de los infantes y que hay mucho de todo, debemos pensar en una estrategia que beneficie a la nueva generación de xalapeños.

Al preguntarnos qué es lo mejor,  encuentro muchos factores, pero la mayoría depende del amor, respeto y unidad que haya en los hogares. Eso le corresponde a los padres, ser estables en la educación de sus hijos y no dejarse llevar por la corriente del “rio de aguas sucias” que tenemos enfrente y, que a veces por  las premuras y los desafíos personales, no vemos o no queremos ver.

Hoy más que nunca debemos brindar a estos chicos   de un espacio en el que no tengan restricciones para jugar, correr, practicar su deporte.

La inseguridad en las calles no permite   reciclar los que se hacía hace 40 años. Salir de casa y jugar “la cascarita” en el barro de la calle entre piedras y charcos.

“¡Bolita, bolita!”, era el grito cuando el mugroso balón se iba lejos. También se escuchaba “¡carro, carro!” cuando se tenía que parar el partido por el paso de uno auto, camión repartidor o hasta ambulancia. En mi caso, además de esos momentos, a veces teníamos que  parar para dar paso a la policía montada que, en varias ocasiones llevaba atado a un “reo malcriado”.

En fin, este es un llamado a los  que pueden, a aquellos que están en posición de solucionar esto del espacio para los niños.

Se ha comentado mucho de cierta unidad deportiva aquí. La idea es buena, pero mientras esta infraestructura sea construidas por empresarios, estos (obviamente) requerirán lo  suyo comercializando  el espacio.

Lo que se necesita es unión entre –repito—quienes pueden. Seguramente  recuerdan sus ayeres disfrutando del espacio abierto, libre.

Así pues, considérenlo.

¿Quién es el héroe que dice yo?

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Nos comentan que en cierta escuela de futbol lo que más hay es falta de preparación entre quienes  la dirigen.

Un elemento, demasiado pasado de peso —categoría infantil—se le inscribió –obviamente porque les conviene en ingreso de recurso económico— y luego  lo sentaron durante tres semanas disque porque no podía hacer los ejercicios que ordenaba el entrenador.

Un aviso al ayuntamiento de Xalapa que concesiona los espacios deportivos de los xalapeños a supuestos “patronatos”.

Si se llama escuela de futbol la enseñanza de este deporte o de beisbol o voleibol debe ser para todos los “alumnos” por igual y si algún elemento tiene necesidad de atención en su preparación física esta debe darse en el momento.

Para nadie es un secreto que los entrenadores tienen a su “11 ideal” y que  en los partidos oficiales dan poco chance a los de la “banca”, claro, a no ser que la plantilla vaya goleando o sea un partido a modo.

Siempre ha sido lo mismo, pero entonces hay que cambiar el rubro de “escuela de futbol” porque no lo es.

¿Quién regula ese y otros  temas?

DE PILÓN

Cómo hacen  jolgorio por la salida de un presidente deportivo.

De cuándo acá  el despido de un directivo del América es algo raro. Se  va Ricardo Peláez, ¿y?…

Vendará otro que seguramente no logrará lo que Peláez Linares hizo en sus cinco años de trabajo en el “nido”. Y es que en esos niveles de “entendimiento” de las cosas no hay continuidad y un lustro se les hace una eternidad.

Sí, lo despidieron, porque hubo situaciones extradeportivas  que cortaron el hilo entre  funcionarios de  la televisora  y el  ex futbolista.

¿Qué más quieren los americanistas si con  Peláez hubo dos títulos de liga, dos de Concacaf?

Hasta la otra.