Jesús Yossiel Juárez Hernández está entre los pupilos más aventajados del entrenador cubano Alexis Pérez Miranda.
Su segunda presea de bronce en lucha de Olimpiada Nacional es un claro ejemplo de su dedicación y empeño, fuerza y decisión para elevar su capacidad competitiva, esto con base a férrea disciplina y entrega, virtudes que sólo tienen los triunfadores.
Oriundo de Xalapa (9 de noviembre de 2000), el gladiador sabe que la medalla de oro es la meta a lograr. Aseguró que buscará la presea dorada el año entrante.
A pesar de que su incursión en la lucha data de hace tres años, su nivel es elevado.
“La lucha era un deporte nuevo que no conocía y no era muy común entre las personas”, dijo Juárez Hernández quien agregó que otra de las razones por las cuales se decidió a ser luchador es para saber defenderse.
“Sobre ese punto también vi el poder entrenar y utilizar lo que supiera en una situación que fuera difícil, pero eso no obliga a ser más disciplinados y a no meternos en problemas”.
Al atleta le viene bien competir en Nuevo León. En 2015 también subió al podio en Olimpiada Nacional y hace unas semanas repitió la hazaña en la misma sede.
“La olimpiada pasada no tuve buenos resultados (2016), pero estuvimos ahí luchando”.
En cuanto a la Asociación de Luchas Asociadas Nueva Generación” que encabeza Gabriel Álvarez Quijano, nuestro entrevistado dijo que su labor ayudará a fortalecer la estructura que hay a pesar de las carencias por las que atraviesa el deporte veracruzano.
“La determinación que tome cada deportista debe impulsarlo a planos mayores. A pasar que no haya tantos competencias ni tanto fogueo, aun así creo que depende de cada quien para sobresalir y es por ello que la nueva asociación dará esa posibilidad a cada atleta.
“Necesitamos tener la mentalidad puesta en cada entrenamiento, de echarle ganas y si no podemos salir a competir a otros lugares, aun así se pueden ver opciones para solucionar las situaciones”.
Retomó el tema de la búsqueda de la medalla de oro en 2018 y dijo que para lograrlo hay que sacrificar “las diversiones, esas que ya no puedes tener ahora porque hay que estar diariamente entrenando. El ser luchador medallista no acepta las distracciones, es una responsabilidad que tomas y que debes renovarla cada día”.
Agradeció el apoyo de su familia, des su entrenador y de sus compañeros “para ser disciplinado en cualquier ámbito, deportivo, social y en el trabajo”.