CIUDAD DE MÉXICO, 13 de febrero.- Este miércoles 14, en el “Día del Amor y la Amistad” en Ciudad Universitaria, deberá haber rivalidad extrema.
Pumas saltará a la cancha para ganar y mantener el lugar de privilegio en el Clausura 2018 de la Liga MX, mientras que Tiburones tendrá como primer objetivo no perder pues un descalabro, combinado con una victoria de Querétaro, destruiría gran parte de sus aspiraciones de quedarse en la Primera División.
La agonía de los porteños podría ser evitable, pero los resultados nomás no llegan y el S.O.S. ya es su seña particular de todos los días.
En la “cueva” del Puma sólo se puede apostar a un juego seguro, al sacrificio en todas las líneas y a esperar un milagro, aunque la intervención divina se base en la fe y parece que es lo que menos tienen los escualos que se atienen a lo que son, un equipo regular que sólo busca una cosa: quedar a final de campaña en el antepenúltimo lugar de la tabla porcentual, dejando en el sótano y en el descenso a Lobos o Gallos.
Para Pumas su posición en la tabla lo muestra como un equipo con aroma solvente. Cuentan con un entrenador que hace crecer a sus jugadores, casi todos dan una buena versión de sí mismos en cada encuentro.
Los felinos no han sido humillados en su cancha en este torneo y enfrente tendrán a un equipo que tiene una misión difícil y compleja: obtener licencia para no perder y menos ahora que está en la parte más baja de la “Montaña rusa” que ha sido parte de su historia.
Para colmo de males, el equipo porteño no la ha llevado muy bien que digamos con el arbitraje. Seguido sufre atropellos y los silbantes dejan en el aire una esencia de mirar mejor a los otros equipos.
En fin, en el “Día del Amor y la Amistad” de este miércoles habrá de todo menos eso y Tiburones debe salir a “odiar” al rival, aunque quede tendido en el intento.