Con una medalla de oro centroamericano –y dos de plata–, ahora piensa en superar lo que hizo hace un par de años en Paraguay, donde obtuvo bronce en el Latinoamericano.
El futuro del tenis de mesa veracruzano se deposita en varios prospectos y Natalia Domínguez Olivares es una de las más aventajadas.
Vivaracha, dinámica, de mente ágil, la porteña reanudó sus entrenamientos en el centro de raqueta de Leyes de Reforma.
Antes de dar la vuelta a la página tras su aventura dorada en El Salvador, la atleta agradece el apoyo de quienes confiaron en ella, la alentaron, motivaron y a quienes abrieron la cartera para su participación en la justa centroamericana.
Como suele ser, el protocolo la llevará uno de estos días a las oficinas del IVD. Solicitará respaldo para su próximo viaje Puerto Rico donde se llevará a cabo el Latinoamericano de la especialidad, en octubre. Espera recibir el recurso para cristalizar su objetivo.
En esa, la que sería su última justa internacional de 2019, se repartirán no sólo medallas por equipos, dobles, dobles mixtos e individual, sino que los mejores del evento ganarán el derecho de conformar el seleccionado mexicano que en 2020 estará de gira por Asia y que competirá en el Campeonato Mundial de Cadetes con sede en ese continente.
Natalia dijo sentirse orgullosa y motivada por ver el respaldo “que me brinda la gente de Veracruz, es un orgullo representar a Veracruz y a México”, sentenció la pequeña.
Mencionó a Rogelio Castro e Isabella Panes como tenistas de excelente nivel además de afirmar que sus preseas representan el respaldo de su familia y a su entrenador Juan Gutiérrez y Félix Ballesteros “que son quienes me formaron y a ellos les dedico todos mis logros”, concluyó.