Barcelona estaba muerto y revivió. En cuatro minutos (88’ y 90’+2) Griezman y Jordan Silva lograron empatar (2-2) el partido ante el Granada, en dramática semifinal de la Copa del Rey, llevada a cabo en el estadio Los Cármenes.
Fueron 88 minutos de incertidumbre, de errores de los zagueros y de un estrés enfermizo que paralizó a los dirigidos por Koeman.
Pero la virtud blaugrana fue la perseverancia. Derrocaron una valla granadina a lo último.
El alargue fue la historia complementaria porque la importante fue la primera en la que Granada se comportó como grande, pero fue arrollado en los últimos 15 minutos de juego por un grande que se había comportado como equipo chico.
Barcelona salió de nueva cuenta a la cancha de Los Carmenes donde hace custro meses, en la liga, goleó 4-0.
Ahora, en la Copa del Rey, buscando un sitio en semifinales, perdía con Granada desde el minuto 32 con el gol de Kenedy.
El error fue de Umtiti, uno de los tres que no rompieron el balón en zona de riesgo. Y en esto también fallaron Busquets y Griezmann.
La historia de siempre, Barza dominador del partido, obsesivo, pero sin efecto en el marcador.
Kenedy estuvo cerca de marcar el segundo, con otro error de marcación de la titubeante zaga, ausente en lo esencial, en lo referente a deshacer el juego del rival.
Exceso de toque, de confianza y de falta de fuerza en el mismo instante de responsabilizarse en enmendar la situación.
Barcelona, el máximo ganador de las copas del Rey no aparecía. El talante de antaño se ha desteñido.
Leo Messi, aun en su mal momento, siempre fue la válvula de escape blaugrana. Era el jugador que buscaba siempre dar el último pase.
En el arranque del complemento Granada vacunó por segunda vez al Barza. De nueva cuenta Umtiti fue el clavo flojo. Soldado salió como flecha desde media cancha para atrapar un balón prolongado.
En la conducción se volvió en un tren, inalcanzable para el francés quien sólo le vio el número en la espalda y la forma en que superó el achique de Ter Stegen para el 2-0.
Barcelona reaccionó en una jugada de faena de Messi y Griezmann en la que quedó habilitado Trincao que cimbró el travesaño.
De ahí Granada no permitió que su sorprendente juego se opacara. Siguió punzante. Incluso el arquero Aarón le paró un tremendo remate de ‘chilena’ a Griezmann en la jugada más espectacular del juego.
En la recta final, Barcelona insistió en hacer lo que no pudo en todo el juego. Pero Griezmann le dio una esperanza al 88’ cuando, a pase de Messi, el francés cerró la pinza y alcanzó a conectar la esférica ante la complicidad del arquero Aarón quien no cubrió adecuadamente su poste.
Messi le puso drama al asunto en un remate que se estrelló en el poste. El balón fue recuperado por Griezmann y puso un centro medido a Alba quien se rifó el físico ante el guadañazo del zaguero para rematar y marcar el gol que mandó el juego a la prórroga.
Al 110’ Messi centró con fuerza al área y Griezmann, haciéndola de ariete, remató de cabeza para el 3-2.
Pero Granada no se rindió. Parecía que Barcelona le había dado la puntilla. A los 108’, el silbante marcó de manera rigurosa un penalti sobre Carlos Nevas. En la ejecución Federico Vico cobró con acierto para el ¡3-3 de locura!
En la segunda parte de la prórroga Barcelona recuperó la ventaja con el gol de De Jong a remate de Messi que Aarón había desviado con apuros. ¡Un 4-3 inaudito!
Y para no desentonar llegó el quinto tanto blaugrana ante un Málaga demolido, desgastado y sin gas. Fue una asistencia de Griezmann de ‘tres dedos’ a Jordi Alba quien, de bolea, perforó el arco para el definitivo 5-3.
LOS OTROS
A la siguiente fase también avanzaron Sevilla y Levante. Este jueves Betis buscará su pase ante el Athletic de Bilbao. El sorteo de las semifinales se llevará a cabo el viernes.