«En la estadística era el líder general, pero la verdad es que perdimos por desatenciones. Tuvimos para acabarlos al principio; nos paramos bien, ellos no sabían por dónde», dijo el estratega xalapeño.
“Vamos poco a poco. Aún tenemos tiempo para hacer las cosas con calma y bien. En cuanto al director técnico sólo podemos decir que está dirigiendo fuera, que es xalapeño y que traerá nuevas ideas de trabajo”, dijo el directivo.
Ambas escuadras se habían enfrentado en la final del torneo pasado, pero en esta los de “color serio” sacaron la casta y superaron 3-1 a los “udicos” en el entretenido encuentro llevado a cabo en la cancha sintética de la Unidad Deportiva Universitaria.
Se espera a un Monterrey bueno y bronco. Debe calificar a la liguilla jugando bien y no de milagro. Seguramente armará –pidió cartera abierta para llevar jugadores– un equipo con varios elementos afinados, un grupo bien dibujado luego de reinventar el modelo regio.
Los dirigidos por Lillini deberán hacer un ejercicio de vergüenza en el juego de vuelta y les debe caber el consuelo de la dignidad. A su vez, la Máquina se enfila a superar una época negra en la que ha permanecido en la sequía a pesar de haber tenido equipos altivos y egocentristas.