Cruz Azul está casi en la final del “Guardianes 2020” tras sacudir 4-0 a unos sorprendidos Pumas que aceptaron daño muy temprano el en el juego de ida de las semifinales.
El estadio Azteca fue un silencioso testigo de la bravura de la Máquina, dispuesta a romper el molde histórico que los ha marginado de los títulos de liga los últimos 23 años (Invierno 1997). Antes de esta coronación los Cementeros se habían titulado en el ya lejano torneo 1978-1979.
Los goles de la escuadra dirigida por Robert Dante Siboldi llevaron la rúbrica de Roberto Alvarado 2’, Rafael Baca, 8’ y Luis Romo 13’ y 90+5’.
Con este resultado Cruz Azul podría empatar o perder hasta por 3-0 en la vuelta a celebrarse en el estadio de Ciudad Universitaria. El perder por 4 goles o más le daría el pase a los felinos.
Pero la historia está casi escrita en favor de los celestes porque el resultado no fue fortuito. Fue una andanada de voracidad que ha propiciado que al rival solo le quede una digna despedida.
Y luego fue lo del VAR que parece haber secuestrado al futbol. Evitó otro tanto de Alvarado y no permitió que Pumas se beneficiara de un penalti.
Y así la historia, Cruz Azul se enfila a superar una época negra en la que ha permanecido en la sequía a pesar de haber tenido equipos altivos y egocentristas.
Mientras tanto los Pumas están pegados al respirador artificial. Los de Lillini deberán hacer un ejercicio de vergüenza y les debe caber el consuelo de la dignidad.
Con la pesada losa que significan los cuatro goles deberán estar listos para que Cruz Azul, que no está para compadecerse de nadie, martilleé el último clavo de su ataúd.