El ahora gigante francés ya tiene su final soñada. Su rival no le dio los kilos, fue menos fiero de lo esperado, acaso algo bisoño y desde luego demasiado impreciso. Sus errores lo hundieron aún más. De ser considerado tantas veces como una mera acumulación de estrellas, ahora es un equipo cincelado a conciencia por Thomas Tuchel estratega alemán que suma siete títulos en los últimos tres años.
La directiva blaugrana se reunirá este lunes con carácter de urgente. Se hará oficial la salida de Setién y nombrarán a los candidatos a ocupar el banquillo.
Tiempo de sufrir, de llorar o de lo que sea para sobrepasar el vergonzoso paso en la Champions. Mientras los alemanes festejan y se inflan el pecho de orgullo, en Barcelona hay sombras y lamentos.
Al final de cuentas la victoria es para quien mete los goles y no para el que tiene mayor mérito. El futbol siempre azaroso determinó que los parisinos salieran con la victoria en un partido en el que su ataúd ya estaba hecho a su medida.
«A los jugadores grandes se les ve en los grandes partidos. En la segunda parte nos ha dado muchísimo con sus paradas, con sus salidas a los centros. Me alegró por él porque es el portero del Real Madrid”.