José Remigio Anell Ruiz tiene 63 años de edad. Nació en Xalapa, en la calle de Morelos un 1 de diciembre de 1953.
A los 29 años sufrió un accidente en el que perdió el brazo izquierdo. Su adaptación a su nueva vida fue lenta, pero segura, teniendo como base la actitud positiva y el deseo constante de ayudar a otros a superar sus desafíos.
Entrevistado a un costado de la pista alterna del Estadio Xalapeño, José Remigio muestra una gran sonrisa a todo el que lo saludo. El gesto en su cara de posititividad perdura.
“Lo que tratamos es hacer menos pesada la discapacidad propia y de otros. Además nos gusta el deporte. Tu sabes que haciendo deporte todo se ve bonito”.
“La persona que nace con una discapacidad se acostumbra, pero la persona que tiene la discapacidad adquirida, al principio es frustrante porque tiene que adaptare a una nueva vida, pero debe hacerlo siendo positivo, teniendo a tu lado gente que te apoye, gente positiva. Así sales adelante. La idea es ver siempre hacia adelante para triunfar”.
“Si yo volviera a nacer, discapacitado quisiera ser”
José Remigio Anell / Entrenador
Ese entusiasmo mostrado por Remigio a lo largo de muchos años lo ha puesto como impulsor de otros. Ha sido el ángel sanador de muchos.
“Para poder ser y gozar de la discapacidad entré al deporte. Gozo el deporte y aparte de gozar he adquirido conocimiento y formas de sobresalir con esa discapacidad.
“Lo importante de esto es que me adapté al nuevo sistema de vida y la tomé siempre positiva; me adapté, fui nadador y me dieron la oportunidad de laborar en programas del IVD, la CONADE y haciendo mis cursos del SISED”.
Anell Ruiz empezó a entrenar a niños con discapacidad, “experiencia muy positiva lo que me dio la oportunidad de tener una beca y recursos para seguir adelante”.
Nuestro entrevistado continúa su labor como entrenador de natación en la alberca del IMSS Xalapa donde se le puede encontrar desde las 5:30 de la mañana hasta las 2 de la tarde. Luego entrena en el estadio a gente de jefaturas y direcciones del mismo instituto.
“Lo que vino a cambiar toda mi vida y a seguir los estudios fue la discapacidad que adquiría tras sufrir un accidente vial a los 29 años, el 24 de octubre de 1984.
“Después de esto ves la vida diferente. Es difícil decirlo, pero si yo volviera a nacer, discapacitado quisiera ser, porque me ha dado conocer a gente, la vida y aparte estar bien. Me abrió puertas sin tocarlas.
“La discapacidad no es un limitante, la discapacidad está en el interior .La mía no es tan severa porque hay otras más complicadas para vivir, pero Dios te pone pruebas en el camino y el reto es superarlas”.