
No hay mal que dure 100 años. Este día tenía que llegar y el PSG conquistó la Champions League por vez primera en su historia.
PSG fue transformado por miles de millones de dólares qataríes. Compró y vendió una sucesión de los mejores jugadores del mundo. Fue un extravagante intento por llegar a la cima, que ya tuvo frutos al tener en sus manos “La Orejona”.

Los campeones
El premio europeo más importante del fútbol de clubes tiene un nuevo hogar después de que el PSG goleara 5-0 al Inter de Milán en la final de este sábado, en Múnich .

Los goles fueron obra de Achraf Hakimi, Desiré Doué (2), Khvicha Kvaratskhelia y Senny Mayulu.
«Ya está en el bolsillo, nos lo llevamos mañana a París», dijo el entrenador Luis Enrique. «Mi primer día en el campus del PSG dije que el objetivo final era llenar la vitrina de trofeos. El único trofeo que faltaba era la Champions League. Aquí lo hemos conseguido».

Lionel Messi, Neymar ni Kylian Mbappé pudieron entregar el título al club francés. Luis Enrique lo ha conseguido tras liderar la transición del PSG de una era de fichajes galácticos a una de auténtica construcción de equipo.
Fue entonces oportuno que Désiré Doué, el delantero francés de 19 años, emblema de la nueva generación del club, fuera la principal inspiración y el jugador estrella del partido, en el que el PSG logró la mayor victoria en una final en los 70 años de historia de la competición.
En una actuación brillante, Doué y el suplente Senny Mayulu se convirtieron en el tercer y cuarto adolescentes en marcar en una final de la Champions League, tras Patrick Kluivert en 1995 y Carlos Alberto en 2004.


Se une a la realeza europea
Ahora el PSG puede realmente estar a la altura de la realeza del fútbol europeo. No por su facturación ni por su merchandising, sino por sus logros en el campo.
La Champions League es el barómetro definitivo de los clubes de élite del continente y, hasta ahora, el PSG ha sido un contendiente brillante que siempre se ha quedado corto.

Todo cambió en el Allianz Arena, la casa del Bayern de Múnich, uno de los titanes de Europa, y escenario ideal para el momento cumbre del PSG. Sobre todo porque fue contra el Bayern contra el que perdió su única otra final de la Champions League en 2020, dejando a Neymar llorando en un estadio vacío en Lisboa, donde la afición se quedó sin público debido a la pandemia.

En esta ocasión, miles de hinchas del PSG estuvieron allí para disfrutar del momento, ondeando banderas, encendiendo bengalas y acallando a sus rivales del Inter, muchos de cuyos seguidores abandonaron el estadio mucho antes del pitido final.

Habían estado festejando en las calles de Munich durante todo el día, pero eso no fue nada comparado con las escenas de alegría cuando el capitán Marquinhos levantó el trofeo en alto mientras fuegos artificiales y confeti dorado explotaban detrás de él.
«No me queda nada, lo he dado todo», declaró Marquinhos a Canal Plus. «La afición está orgullosa de nosotros. Aprovéchenlo al máximo, chicos. Los quiero».
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