El Diario El Clarín revela la charla con un integrante de la Selección Argentina
luego de que la FIFA anunciara el castigo al mejor jugador del planeta
LA PAZ, Bolivia, 28 de marzo – Broncas, desorientación, descargos, llamadas telefónicas constantes, especulaciones, sospechas de complot… Detrás de escena, el Expediente Messi derivado en una sanción letal para el crack y para la Selección también disparó múltiples momentos y sensaciones.
El anuncio oficial de la FIFA se demoró, pero antes ya se había filtrado un aviso extraoficial a la Comisión Regularizadora informándole que seguro no lo contaran a Messi para este partido con Bolivia. Hasta que llegó el mazazo que recorrió el mundo. Messi, Bauza, Tinelli y compañía navegaban entre la sorpresa y la indignación por la dureza del castigo. La FIFA les había cortado las piernas a Leo y a la Selección. Ah, faltaba jugar un partido…
En ese contexto, se originó este minidiálogo entre Clarín y un integrante de la delegación de la Selección Nacional que siguió el paso a paso desde Ezeiza a Santa Cruz de la Sierra, apuntándole al destino final fijado aquí, en La Paz, a 3 mil 600 metros sobre el nivel del mar.
-¿Cómo está Messi?
-No entiende nada. Está con mucha bronca. Se apoyó mucho en Tinelli. Leo se pegó mucho a él. Ellos tienen una gran relación y Marcelo lo contuvo en estas horas durísimas.
–¿Y a Bauza cómo lo viste?
-Golpeado, muy golpeado. Cree que se la están poniendo. Acordáte que antes de que explotara lo de Messi, se instalaron rumores que aseguraban que las nuevas autoridades de la AFA lo van a volar después de este partido contra Bolivia.
En aquel fastidio previo a la final de la Copa América Centenario en Estados Unidos, cuando se produjo la demora en el vuelo hacia Nueva Jersey, Messi no se acercó a Claudio Tapia, por entonces hombre a cargo de la delegación de la Selección y desde este miércoles 29 de marzo nuevo presidente de la AFA. La relación era fría, distante.
Ahora Leo, en el charter de BOA (Boliviana de Aviación), tenía a un hombre de confianza: su amigo Tinelli, flamante presidente de la Comisión de Selecciones Nacionales. Por eso, el mejor futbolista del planeta, minutos antes de aterrizar en el aeropuerto de Santa Cruz de la Sierra, caminó hacia el asiento del conductor de TV para interiorizarse sobre los detalles de la situación.
Después, ya en la concentración en el hotel Sun, muy próximo al aeropuerto santacruceño y enmarcado por un fuerte operativo de seguridad, Tinelli propuso que la respuesta de la AFA a la FIFA fuese firmada por el propio Messi, buscando un mayor efecto en la Comisión Disciplinaria del máximo organismo del futbol mundial. Sin embargo, al final, el propio Leo escribió un descargo individual en primera persona que se añadió al enviado por la Comisión Regularizadora de la AFA y en el que negó haber insultado al árbitro asistente brasileño.
A la medianoche del lunes, se rescataban pronósticos opuestos en Santa Cruz de la Sierra y en Buenos Aires. Por un lado, en Bolivia eran optimistas y aseguraban que Lionel Messi iba a jugar. Es más, Jorge Miadosqui, el secretario de Selecciones Nacionales, lo dijo públicamente en una improvisada ronda de prensa. Claro que en Argentina las voces que partían desde la sede de la AFA eran negativas y aseguraban que evitar la sanción resultaba una utopía.
El discurso pesimista empezó a unificarse este martes bien temprano. Ya desde Santa Cruz de la Sierra, con tonos resignados, adelantaban: “Parece que le van a dar dos fechas”. Y garantizaban que “Messi viaja a La Paz juegue o no. Eso es lo único que está confirmado”.
A su vez, en la cabeza de Bauza se filtraban los fantasmas armando un cóctel letal con los fastidios. El Patón, apoyado en las versiones que incluían un posible despido después de este partido con Bolivia, cree que todo se trata de una movida para erosionarlo aún más a él y también a la Selección.
Bauza no había entregado pistas sobre el sustituto de Messi ante una eventual sanción. De todos modos, mientras aguardaba la noticia, estaba obligado a repensar un encuentro que ya era crucial y estaba repleto de contratiempos: seis ausencias obligadas entre lesiones y suspensiones. Faltaba el más duro de los golpes…