Aunque el acercamiento no se le niega a nadie –en torno al interés de la Liga de Balompié Mexicano (LBM), entidad de nueva creación que aún no ha dados señas de estabilidad, aunque sí de mucho empeño y entusiasmo por consolidarse– la Universidad Veracruzana no tiene interés alguno en entablar convenio con ese organismo.
En días pasados trascendió, de manera informal, que la LBM buscaría convenir con la Máxima casa de Estudios en Veracruz, a fin de “dar cabida a los estudiantes universitarios” que busquen trascender en el futbol profesional.
Fuentes allegadas a la UV informaron que causó extrañeza en rectoría el que se haya lanzado al aire la versión de acercamiento entre ambas entidades sin que antes se hiciera formalmente.
Sin embargo los parámetros y objetivos de la UV son otros. Sus reflectores están dirigidos al esquema del deporte estudiantil. Aplica sus esfuerzos e inyecta recursos en la preparación de sus equipos para competir en torneos oficiales del Consejo Nacional del Deporte de la Educación (CONDDE) y el Telmex-Telcel.
Y es por eso que no existe interés alguno en formalizar acuerdos con la LBM, cuyos directivos estuvieron en el puerto de Veracruz hace unos días.
Mientras la pandemia del covid-19 se dirige a su fin, la UV espera fechas oficiales para la celebración de los Juegos Estatales Universitarios y los Regionales de Educación Superior previos a la Universiada Nacional.
La máxima justa del deporte estudiantil de México, en su edición 24, reuniría a más de 6 mil participantes en 26 disciplinas representantes de más de 170 universidades.
Si no hay modificaciones en las próximas semanas la masiva competencia conservará al estado de Guanajuato como sede y se llevaría a cabo entre los meses de septiembre y octubre.