Papanes de Papantla resultó campeón de la Segunda Copa Chileros de Xalapa denominada “Lorenzo Acosta Amaya”.
Los ahora dueños de la copa derrotaron en penaltis (4-3) a Delfines UGM. Suceden en el trono al Atlético Boca del Río, monarca de la primera versión en 2017.
El estadio Quirasco vivió momentos de buen futbol. En los juegos eliminatorios Delfines se impuso 1-0 a la aguerrida Liga de Futbol de Tehuacán. Penalti anotado por Hugo Guerra, con potencia, como si le tuviera rabia al balón.
Los “tehuacanos” terminaron el juego, se vistieron y emprendieron el viaje de regreso a su terruño. Ni se despidieron.
En la otra semifinal no le fue bien al local Chileros. Perdió 3-0 con Papanes. Un desafío para los nuevos integrantes de la plantilla el jugar en el Quirasco. Nerviosismo a flor de piel. Son sus primeras experiencias en el futbol de Tercera División, cada vez más exigente.
La velocidad de los papantecos fue letal en la primera parte. Muchos espacios abiertos se convirtieron en pasillos por donde hicieron daño.
Dos tantos en la primera parte, obra compartida por Yahel Escobar y Mario Castañeda. En la complementaria Chileros tuvo más peso. Cerró espacios y Papanes se sintió incómodo.
En un latigazo pescó a la zaga xalapeña. Cuando el atacante vainillero entró al área fue derribado por Manolo Carvajal. El 3-0 desde los 12 metros llevó la rúbrica de Manuel Gutiérrez.
El técnico Carlos Franco le hizo la “transfusión” a su equipo. Sacó a varios elementos. Hizo jugar a toda su banca.
LA FINAL
La final fue como una pelea de box entre el fino peleador, estilista y artesano ante el púgil fajador, fuerte, rápido y de gran corazón para la batalla.
Fue tan cerrado el juego que se tuvo que definir desde el manchón penal. En el tiempo reglamentario empataron en goles (2-2) en desgaste, en llegadas, en un emotivo ir y venir.
Delfines abrió el marcador en la primera parte con el gol de penalti de Eduardo Chico.
Papanes reaccionó con espíritu casi indomable. Empató el juego con un golazo a balón parado a cargo de Cristian Ayala. Luego vino la exquisitez del segundo tanto papanteco a través de Jair Olarte. Prendió el balón desde casi tres cuartos de cancha. Se inspiró tras un rebote y prendió la pelota que entró al arco luego de hacer una prolongada parábola.
Hacia el final del encuentro UGM empató con un penalti ejecutado por Hugo Guerra. En ese momento era el héroe al forzar los penaltis, en los que pecaría. La quiso hacer de lujo, a lo Panenka. La ejecución de Guerra seguramente causaría risa si el checoslovaco hubiese estado en la grada.
EL»PECADO» DE GUERRA
UGM falló mucho desde los 11 pasos. Papanes también tocó notas equivocadas, pero al final fueron menos que el rival. Así se consagró campeón de la segunda versión de la copa chilera.
EMOTIVIDAD
Papanes oraba a un costado de la cancha. Agradeció al Creador su bondad. A unos metros Delfines hacía lo mismo.
Mientras tanto el presidente de Chileros, Rafael Poceros bajó de la grada al terreno de juego acompañado por el técnico César Vázquez. Con ellos Juan de Dios Ramos, el “Niño Jaguar” trasladaba el trofeo.
En la grama, símbolo de batalla, Poceros felicitó a los ganadores. Extendió su reconocimiento al esfuerzo de Delfines y los instó a seguir en pos de objetivos mayores.
Los aplausos enmarcaron el momento. Papanes y Delfines se unieron para tomarse la foto del recuerdo. Eso habla bien de todos.
LORENZO ACOSTA, PRESENTE
Antes del inicio de las acciones Lorenzo Acosta Amaya, director general de Educación Física Estatal dio la patada inaugural. Lo hizo con estilo y eficacia ya que el portero no pudo atajar el envío.
La copa llevó su nombre, reconocimiento a su labor como funcionario y deportista.
PATADA INAUGURAL
También estuvo Rafael Santuorum, presidente de PRODESA cuyos proyectos benefician a decenas de futbolistas en Coatepec.
Santuorum, “cuatro veces mundialista (ha estado presente en los mundiales de Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2016)” también mostró que sabe pegarle al balón.