MURIÓ  “GIGI” RIVA, EL “ROMBO DI TUONO”

Italia llora la muerte de Luigi “Gigi” Riva  que jugó  con el Cagliari de 1962 a  1976, logrando 164 goles en 321 partidos en la Serie “A” de Calcio  italiano, logrando el scudetto en la temporada 1969-1970.

Riva (Leggiuno, 1944 -Cagliari, 2024),  prefirió triunfar en un equipo pequeño como el Cagliari a hacerse rico en uno grande como la Juve o el Inter.

SIEMPRE espectacular.

Nació en Leggiuno, a orillas del lago Maggiore en una familia muy humilde. Su padre murió pronto en un accidente en la fábrica donde trabajaba y a su madre se la llevó poco después un cáncer. Riva, huérfano prematuramente, se crio en tres colegios religiosos y comenzó a jugar al fútbol, quizá para distraer algunos pensamientos. Hasta los 18 años alternó el balón con el empleo en una fábrica para ascensores.

 Gigi murió este lunes a los 79 años, tras sufrir un infarto, en la capital sarda. La sucia ironía es que Riva tuviese por la noche su primer minuto de silencio entre silbidos en el descanso de la Supercoppa de Italia en Arabia Saudí, el lugar donde se marchan hoy quienes solo persiguen el dinero.

Riva, un metro ochenta, rostro enjuto y mirada triste,  es el  máximo goleador de la  Selección Italiana  en los mejores tiempos del Calcio. Zurda de oro. El estadio llevará su nombre.

Riva, cuya presencia física y potentes disparos le valieron el apodo de Rombo di Tuono (‘Sonido del trueno’), marcó 35 goles en 42 partidos con la “squadra azzurra”

EN la final del Mundial «México 70».

Logró el tricampeonato de goleo individual  italiano  en las temporadas 1966-1967, 1968-1969 y 1969-1970.

 Luigi, un metro ochenta, rostro enjuto y mirada triste, nació en Leggiuno, a orillas del lago Maggiore en una familia muy humilde.

Su padre murió pronto en un accidente en la fábrica donde trabajaba y a su madre se la llevó poco después un cáncer. Riva, huérfano prematuramente, se crio en tres colegios religiosos y comenzó a jugar al fútbol, quizá para distraer algunos pensamientos.

 Hasta los 18 años alternó el balón —siempre en el Legnano, en la Serie C— con el empleo en una fábrica para ascensores.

 Se proclamó campeón de Europa con la selección italiana en 1968 y en 1970, el año del scudetto, fue también el de la final del Mundial de México perdida contra el Brasil de Pelé

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