Por FRANCISCO ALVARADO
Si me dices que quieres hacer campeón a un equipo con casi 20 años de “sequía” lo primero que debería hacerse es tratar a la plantilla como eso, como ganadores.
Que quede claro: “para ser hay que parecer” y el técnico español del Cruz Azul, Paco Jémez, ha dado el primer paso.
¿Qué gana Jémez con romper el molde tradicional de las llamadas concentraciones?
Primero que el jugador adopte la responsabilidad de ser disciplinado dentro y fuera de la cancha.
Otras es que los casados convivan más tiempo con su familia.
Creemos que el estratega quiere dar la sensación de tener un buen plan para el equipo, para la convivencia y la confianza.
Desde sectores críticos se afirma que eso es una locura, una pantomima, un extravío.
Pero a nosotros nos parece que este tipo tiene comprensión del juego y claridad en el juicio.
El presidente deportivo de Cruz Azul, Yayo de la Torre, le ha dicho a Jémez “Tienes las manos libres”. O sea que, la medida en cuestión y otras que en el camino puedan surgir, las puede hacer.
Ahora parece que en Cruz Azul, el técnico ya no es rehén de su directiva ni de decisiones asamblearias.
Con esto no hay que dudar que Jémez puede empezar a lograr sus objetivos, “sin prisas, pero sin pausas”, como dicen por ahí.
Cruz Azul recibe este sábado al Necaxa. El boletaje está agotado. Algo debe decir esto a la directiva: la afición confía en su equipo; quiere que se levante de nuevo y quede ergido porque ya ha caído mucho.
Punto final.