José Enrique Luna Amezcua sale de lo ordinario para convertirse en el punto central de la entrevista en Canchero.
Serio y pensante, el pequeño mediocampista de 10 años responde con precisión a las preguntas. Parece que la cámara y el escenario son para él una extensión de la cancha en cuanto a la aplicación y concentración a las indicaciones del entrenador.
Seguidor de las Chivas de Guadalajara, José Enrique lamenta la situación que se ha generado debido a la pandemia que pasamos. En el plano futbolístico, le gustaría estar en la cancha de entrenamiento, en la convivencia con sus
compañeros, aquellos camaradas con quienes ha vivido aventuras irrepetibles semana a semana en tremendas batallas dentro del terreno de juego. Además lamenta el no ver partidos por televisión.
“Extraño mucho el futbol, el verlo y jugarlo” afirmó el pequeño, hijo de Julieta Alejandra Amezcua Ruiz y Enrique Luna Cubillas.
Estudiante en el Instituto Científico Motolinía, el canterano de Delfines de Xalapa describe lo que hace regularmente durante estos días especiales
que están marcando la vida de todos y que propicia la madurez de las nuevas generaciones de futbolistas quienes aprenden a ser felices con las cosas sencillas.
Recalcó su agrado por los entrenamientos en línea ya que, dijo, “nos está ayudando mucho porque nos estamos manteniendo en forma”.
Agradeció a su entrenador, David Ortiz, “porque nos está ayudando mucho con esto. Es un parte fundamental del equipo y de las clases en línea”.