Desde que circuló el video donde exhibieron al ex campeón ligero del CMB y monarca superligero y superwelter, Miguel Ángel “Mago” González, en condición de calle, la atención se centra ahora en otro material que circula en las redes donde se ve cómo suben al excampeón a una unidad de traslado.
Es de suponerse que el otrora rey del cuadrilátero Julio César Chávez cumplió su promesa de ayudar en la rehabilitación de González internándolo en alguno de sus centros de atención.
En la “operación Mago” participó el Consejo Mundial de Boxeo cuyo presidente, Mauricio Sulaimán confirmó la noticia de que González fue trasladado a la Clínica “Nueva Vida” de Ecatepec, Estado de México, donde recibirá terapia para superar su adicción a la droga y alcoholismo.
Nacido en la Ciudad de México, aunque presumido como bajacaliforniano, “El Mago”, o “Tokio Santa”, como fue bautizado en una larga gira por Japón, fue de los talentos emergentes del boxeo nacional en la década de los 90 dirigido por Carlos Rosales, hijo adoptivo del gran Francisco “Pancho” Rosales.
Miguel Ángel comenzó poco a poco a hacerse de un nombre en México, y con una ascendente y atractiva carrera le dan la oportunidad de disputar el cetro internacional ligero del CMB con el bajacaliforniano Ramón Marchena, al que desmanteló en cinco rounds en el Frontón México.
Luego de eso, se puso a las puertas del campeonato mundial ligero del CMB que conquistó con relativa facilidad al vencer por nocaut al colombiano, Wilfrido Rocha, (el título estaba vacante) al que repetiría la dosis, ya como campeón.
González defendió la corona 10 veces y solo en una ocasión, con Lammar Murphy, su última defensa, hubo dudas de su superioridad (ganó por decisión mayoritaria).
Ya sin poder dar el peso, fue por lo que había en las divisiones superiores pero no le alcanzó, porque se enfrentó a lo mejor, no sólo de su época, sino de cualquier era.
Quiso ganar el título súperligero y aunque lució competitivo, cayó por clara, aunque no amplia decisión unánime con Óscar de La Hoya.
Un año después, en 1998, habiendo abdicado de la Hoya a la corona, Miguel Ángel fue de nuevo por ella y terminó empatando en una cerradísima pelea (lo vimos ganar por un punto) con Julio César Chávez, ante cerca de 50 mil personas en la Plaza de Toros México.
Tuvo, luego, dos peleas más por la corona wélter, pero se quedó corto con Cory Spinks (decisión) y con Kostya Tszyu, que lo noqueó.
Aun así siguió peleando y aunque no estuvo en racha perdedora, optó por decir adiós.
Su récord fue de 51-5-1 con 40 puestos a dormir. Sólo dos veces perdió antes del límite, pero jamás oyó los 10 segundos del réferi hacia su persona…fue una roca.