Ya se esperaba.
Desde que la Tercera División dio a conocer el programa de juegos del Grupo 2, el Chileros-Real San Cosme llamó la atención por ser vecinos.
Seguramente no le faltan atractivos a este cotejo de la séptima fecha, pero estará impregnado de nostalgia por aquellos agarrones entre escuadras conformadas con “savia xalapeña”, los que sí reunían las condiciones y argumentos para ser llamados clásicos: tiempo, historia, leyenda y más.
Si acaso el cotejo en mención alcanzaría apenas el título de “derbi”, aplicado al choque entre equipos de la misma ciudad o región. Sólo unos minutos, si acaso 20, separan a San Cosme de Xalapa pues tiene su sede en la pintoresca y próspera localidad de El Rosario, perteneciente al municipio de Rafael Lucio.
Al margen de todo eso, debe ser un partido que no esté liberado de tensiones, pero sí de exageraciones y del falso orgullo que, en muchas ocasiones, la gente de pantalón largo mete en los “conductores sanguíneos” de los jugadores.
Aquí lo que importa es que se juegan tres importantes puntos y se deben disputar como lo hacen ante cualquier rival: ¡con dinamita!
¿Favorito?, no lo hay. Ya está comprobado que en este circuito y en otros cualquiera puede vencer a cualquiera, o sea, como lo matizan muchos: “no hay enemigo pequeño”.
Armas tienen ambos. Son jugadores desequilibrantes pertenecientes a la notable, buena y nueva generación. Son de mucho fuelle, vigor que, lamentablemente, es malgastado en andanzas nocturnas. No todos, obviamente, porque hay quienes sí quieren llegar a ser lo que están tratando de aprender, ser un verdadero jugador profesional.
Por su parte, las bancas están bien dirigidas. De un lado César Vázquez con más de 10 años de su debut como DT (lo hizo en Búhos de Xalapa). De esa década 7 años los ha dedicado al proyecto que llevó primero el nombre de Cafetaleros de Xalapa y ahora tiene el de Chileros.
Por el otro frente está “Moja” Garciasalmones, quien dese chavo se ha comprometido en aprender. A veces las malas experiencias han sido sus mejores maestros.
Recordamos que tuvo desafíos en Halcones Marinos y luego en la Sub 20 de Tiburones Rojos. Sin embargo Alfredo ahí está, haciendo un buen trabajo en el equipo “rosarino”.
Por otra parte preocupa el arbitraje. Sólo hemos visto en el estadio Quirasco a uno que otro silbante con presencia, personalidad, bien empapado de la “letra” que marca el reglamento. No usa aspavientos ni poses de dictadores.
Otros son la antítesis, prepotentes, burlones y exhibicionistas ¡Que el juego sabatino sea librado de estos!.