Diminuta y potente. Carmelita Rodríguez tiene 81 años de edad y corre como si tuviera 30. Es sorprendente verla tan ágil y entusiasta. Irradia una especie de respeto hacia su persona y hacia lo que hace.
Es dueña de una saludable fórmula que le permite tomar parte en las carreras pedestres de esta capital. La vimos hace un par de años en la atlética Coapexpan subiendo la ruta de Rancho Viejo al popular barrio xalapeño.
Con ella nuevamente. Fue en la rueda de prensa que ofreció el profesor Ángel Luis Ceja García, presidente de la Asociación Estatal de Atletas Veteranos.
“Soy de Puebla. Salí de mi casa muy chica. Estuve en un convento porque quise ser monja. Entrené a boxeadores y me gusta el futbol. Le voy al América”, dijo en tono simpático doña Carmelita.
Es diminuta. Alcanza el 1.30 de estatura. Pesa unos 35 kilos. Su hija Elvia la acompaña. Al terminar la rueda de prensa la vimos caminando a buen paso.
¿Qué autobús toman? preguntó Ceja García.
¿Cuál autobús?, contestó. “Nos vamos caminando. Lo hacemos diariamente. De aquí vamos a subir Lucio y luego Clavijero para salir a Sayago. De ahí nos vamos a Ruiz Cortines, donde vivimos”, contestó.
Es un ejemplo vivo, una atleta que debería ser reconocida y apoyada como se hacía con los legendarios atletas de la antigüedad, héroes populares quienes recibían todo tipo de apoyo.
Pero la realidad es triste. Quienes tienen en manos la oportunidad de elevar los valores del deporte no tienen ojos para ejemplos como ella. “Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen”.
Quienes están en puestos de elección popular no les pesa dar ¡ocho mil pesos! como apoyo para que un joven adquiera zapatos de futbol de marca y se valla a probar a un club profesional. Pero, a la vez, no son capaces de ver a atletas como Carmelita quien podría necesitar al menos dos mil pesos para su alimentación. En fin.
Muy activa
“Me paro a las cinco y media de la mañana. Me baño. Junto mi ropa y subo a lavarla. Me pongo a hacer mis quehaceres. No me gusta estar encerrada. Durante la pandemia me ponía a dar cien vueltas a la casa porque no podía salir. En lugares como el Estadio (Xalapeño) he corrido hasta 16 kilómetros.
¿No se siente mal, le duele algo?
“No me duele nada. Tengo mis hierbas que combino para estar sana”, recalcó con firmeza.
“La verdad nunca ha ido a ver al doctor”, aclaró su hija y acompañante.
El box
Carmelita empezó a entrenar box desde los 16 años. “Mi hermano era boxeador en la Arena Xalapa. Cuando lo mandaban fuera me dejaba a cargo del gimnasio.
Me decía:
‘Mija tienes que entrenar a los muchachos que van a salir a boxear.
“Sí, como que no. Sabía todo: poner vendas, protector, guantes; enseñarles la tabla, la perilla loca, la perilla fija, el costal. Yo sabía pegarle al costal. Había varios que no sabían. Se quedaban parados, le pegaban a la perilla y les reventaba las narices”.
Otros episodios
Carmelita se casó muy chica. Vivió 15 años con su esposo y sus cuatro hijos.
“Los levanté sola. Trabajé en todos los restaurantes de Xalapa, nada más por años trabajaba, en unos tres y en otros cuatro.
“Después me di de baja y puse mi restaurancito. Lo trabajé 20 años. Pura gordas gigantes rellenas de queso, salsa verde, de molcajete, rojas y de chile seco. El relleno principal era el de chicharrón.
Americanista
Nuestra entrevistada es aficionada al futbol. Es fiel seguidora del América.
“Me gustaba jugar. A veces iba con ellos (nietos) al Ferrocarrilero”.
En cierta opción, comentó, “me encontré con un árbitro que… cada vez que mis nietos y mis hijos jugaban, siempre sacaba tarjetas para nosotros.
Sin rival
En las carreras que convoca la Asociación Estatal de Atletas Veteranos u otras entidades, Carmelita casi siempre corre sola, ya que no hay damas atletas quienes estén en los ochenta años.
“Le dije al medio tiempo. Si usted quiere yo puedo meterme y me da las tarjetas y yo marco, porque venimos ver futbol, no luchas”.
Ya no juego el futbol… sólo lo hago con un nietecito. Le estoy enseñando a chutar, pero nada más”.
En el Estatal
Este 3 de marzo se correrá la atlética a campo traviesa que tiene carácter estatal y ahí estará Carmelita.
“Ahí voy a estar porque quiero ver como estoy”, mencionó la destacada atleta. La justa tiene recorridos de 8 y 5 K siendo esta última distancia para mujeres.
La justa iniciará a eso de las 9 horas. Tendrá como sede el predio ubicado a un costado de la estación de Ferrocarriles Nacionales. Se puede acceder por Jardines de Xalapa (calle Ferrocarril Interoceánico) o por la Avenida Miguel Alemán.
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