EL ÁRBITRO
Por: JL Alarcón
En su libro “A sol y sombra”, Eduardo Galeano escribió: “El árbitro es arbitrario por definición. Éste es el abominable tirano que ejerce su dictadura sin oposición posible y el ampuloso verdugo que ejecuta su poder absoluto con gestos de ópera. Silbato en boca, el árbitro sopla los vientos de la fatalidad del destino y otorga o anula los goles. Tarjeta en mano, alza los colores de la condenación: el amarillo, que castiga al pecador y lo obliga al arrepentimiento, y el rojo, que lo arroja al exilio”.
Ahora, el árbitro no sólo se vale de la tarjeta roja para exiliar jugadores de la cancha de juego, sino que se ha dado cuenta que apelando a las decisiones de la Comisión Disciplinaria, también lo puede hacer.
La Comisión de Apelaciones de la Federación Mexicana de Fútbol ante el reclamo de los árbitros por las sanciones impuestas por la Comisión Disciplinaria a los futbolistas Enrique Tiberio, del Club Toluca, y Pablo Aguilar, del Club América, determinó revocar las sanciones impuestas por la Comisión Disciplinaria, respecto a los jugadores Enrique Triverio del Club Toluca y Pablo Aguilar del Club América.
De esta forma, ambos jugadores son sancionados con un año de suspensión y una multa de 450 UMAS por haber infringido el artículo 18 inciso n) del Reglamento de Sanciones.
Ahora los árbitros no sólo ejercen su autoridad dentro de la cancha. Esta la extienden a los ámbitos administrativos y hacen ver mal a las comisiones “independientes “.
Al final, los futbolistas, ante la falta de un sindicato que intervenga en su defensa, son los más castigados.
A Triverio y Aguilar los alcanzó la fatalidad que los árbitros soplan y el pleito de los dueños de equipos por el control del fútbol mexicano.
Como decía Oscar Wilde: «Todo hombre mata lo que ama».