Parece que en el próximo Campeonato Nacional de Futbol 7, a realizarse  en el inminente mes de abril  en Xalapa, el futbol y la fiesta podrían ser opacados por las obsesiones de los organizadores.

No creemos que surja un cochambroso sistema de administración con el cual sea vulnerada la buena fe de los clubes participantes y más aquellos que con justicia han ganado a pulso su pase al evento futbolero en el que se esperan entre 150 y 200 equipos.

¿A qué viene esto?

Pues resulta que  hay irritabilidad en algunos equipos –los que ganaron su pase al nacional en la plaza denominada Cancha del Valle, de Xalapa— quienes aseguran que les imponen la compra obligatoria de paquetes de uniformes, con precios elevadísimos a fin de revalidar su presencia en la justa deportiva.

“Dijeron que si no los adquiríamos, quedaríamos fuera de la competencia”, aseguró un emisario que prefirió el anonimato por aquello de las recochinas represalias.

‘¿A caso está eso en la convocatoria de participación?

¿A caso los 2 mil 500 pesos  que piden por los uniformes para cada jugador no se les hacen caros?

¿A caso no es autofinanciable el torneo tal y como se explicó durante la reunión de información llevada a cabo  hace unos días?

¿Entonces por qué pedir apoyo económico al Ayuntamiento xalapeño y en niveles más arriba?

 Creemos que la  entu$$$iasta, pero equivocada perspectiva de quienes deciden estos aspectos debe ser refrenada de forma concluyente.

Los principales organizadores del evento avalado por la Federación Mexicana de Futbol 7, Futbol Rápido y Minifutbol son quienes tienen que controlar sus impulsos de llenarse los bolsillos de dinero con el referido campeonato, cosa que manifiestamente no hacen.

Ellos deben desactivar la bomba que se ha creado con este penoso asunto. A esperar.