Real Madrid dejó en el césped del “Santiago Bernabéu” una nota escrita con fuego: “Nunca me des por muerto”.
Perdía 0-1 con el gol de Alphonso Davies a los 68’ y remontó con los aciertos de “Joselu” Mato en los minutos 88 y 91.
Los blancos hicieron resurgir el madridismo. Se impusieron 4-3 en el global. Así avanzó a la final de la Champions League (la 18 en su historia) y enfrentará en Wembley (1 de junio) al Borussia Dortmund, verdugo del PSG.
Ni Vinicius, Rodrygo, Bellingham, ni Croos habían podido derrocar el muro teutón apuntalado por Ligth, Kimmich, Dier y Mazraoui.
Un primer tiempo en el que Real no quiso apretar el acelerador. Tenía enfrente dos líneas de alemanes, todos ordenados y fabricados como robots en serie. Hasta entonces no había algo diferente que rompiera su militarizado esquema.
Así definió Joselu
Rodrygo tuvo una, a toque al arco luego de un jugadón de Vinicius. Luego fue el brasileño quien estrelló la pelota en Neuer, fogonazo que sacudió completamente el esqueleto del arquero.
Lo que dijo
Al verse abajo en el marcador las cosas empeoraron, porque era proclive estrellarse en la realidad. Era como si el médico de la jungla no acertara a quitar la fiebre al rey de la tribu.
Increíble error de Neuer
A tres minutos de final vino el error de Neuer, una de los mejores arqueros del orbe. Vinicius tuvo el acierto de percutir con potencia, el balón rebotó en la humanidad de Neuer quien no metió bien las manos y Joselu llegó serio y puntual a la cita con la pelota para mandarla al fondo del arco.
Luego del tanto fue una locura. Instantes después Joselu ganó la posición en el corazón del área, frente a las barbas de Neuer y marcó el 2-1 ante los reclamos alemanes. El VAR dijo sí y estalló la emoción merengue. Era el gol del triunfo, del pase a la final, la ocasión en que otra vez el muerto se levanta y da replica a las remontadas de 2022.
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