
Palabras sobrias de Luis Marchena, entrenador de porteros del Club Delfines de Xalapa.
Ahí está, tarde tras tarde, corrigiendo, tratando de entrar en la mente de sus dirigidos, de quitarles los nervios y de asimilar la falla para convertirla en una oportunidad de mejoría.

“Marche” se aleja de los reflectores, de las cámaras. Sencillo de trato y amable. Su actitud contrasta con la de otros “entrenadores” quienes creen saberlo todo y están encerrados en su mundillo de medianía.
“Seguro… estírate… adelántate… ¡otra vez!.. se escucha repetitivamente a “Marche” con su grupo de arqueros a quienes aún les falta mucho por aprender.
“A veces se quedan clavados con eso (error) y eso va a hacer que cada balón lo vean difícil”, acentuó el entrenador ya casi al finalizar la práctica llevada a cabo en la cancha Mixta de la Unidad Deportiva Universitaria.

Dijo que parte del trabajo de los formadores es que «los chicos tengan la posibilidad de llegar” a niveles superiores, incluso al profesionalismo.
Agregó que en la cuestión psicológica ellos (porteros) deben tener margen al error, que se familiaricen con el error “porque ese siempre va a existir, pero tenemos que aprender de él para ir siempre a la mejora”.

Los porteros de las diferentes categorías de Delfines también cuentan con la enseñanza de otro conocedor del ramo, Gilberto Pérez Cuervo, ex profesional que suma ya muchas horas de vuelo en la enseñanza a los arqueros de categorías menores de la entidad albinaranja.
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