El español Adama Traoré es considerado como uno de los jugadores de futbol más veloces de Europa,
El desarrollo de su musculatura no ha requerido de la exigencia de las pesas y pesos en un gimnasio.
″Le encantaba correr. Si te habías dejado algo en el vestuario o en el coche, él te decía: ‘Voy yo, míster’. Y se arrancaba.
Nunca vi un jugador tan rápido en el Barcelona», dijo Albert Puig, exdirector de la cantera azulgrana
quien recuerda la etapa en La Masia de Traoré (L’Hospitalet, 24 años), un chaval humilde y decidido, simpático y trabajador, rápido como el viento.
La estrella del Wolwerhampton de la Premier League de Inglaterra y compañero del mexicano Raúl Alonso Jiménez, vertió un comentario por demás interesante:
“Nunca me han hecho la prueba de los 100 metros, pero me gustaría hacerla. A los preparadores físicos les sorprende mi velocidad cuando compito dentro del terreno.
“Es parte de mí y parte de mi juego que intento explotar”, aseguró Traoré este jueves quien, tras varios intentos, finalmente debutó con la selección española ante Portugal en juego de la Liga Europea.
Adama, hijo de inmigrantes de Malí, fue saltando escalones en la cantera del Barcelona. El veloz delantero nació en La Maternitat i Sant Ramon, cerca del Camp Nou.
Se crió en L’Hospitalet y nunca se alejó del barrio. Sus amigos son los mismos independientemente de que juegue en la Premier o sorprenda en su estreno en el combinado español.
Su camino comenzó cuando llegó a las inferiores del Barza con siete años. “Al principio era muy rápido, pero no era tan potente.
Se desarrolló cuando tenía más o menos 15 años. Entonces, a su velocidad le sumó potencia. Era imparable. Pero llevaba siempre el balón cerca del pie.
Le tuvimos que enseñar a regatear tirándose el
balón para adelante”, explica Puig, hoy entrenador del Albirex Niigata, en Japón.
Adama dice que no hace pesas, sino que realiza entrenamientos específicos con máquinas. “Mi genética me hace ganar volumen muy rápido. Mi mentalidad es mejorar día a día, si soy igual que ayer es un día perdido”, concluyó Adama.