Por FRANCISCO ALVARADO
Los silbantes de la Liga MX urdieron una maniobra escabrosa. Les dio resultado.
Edgardo Codesal anunció su salida del área técnica de la Comisión de Árbitros.
Hay dos o tres que manejaron los hilos. Se “ganaron” la confianza de varios con “voz y voto” para asestar la estocada al uruguayo nacionalizado mexicano
Codesal se vio acorralado. Le tachan de tener amiguismos y preferencias. Eso, en verdad, sí lo creo.
Y es que poner a árbitros debutantes en la primera fecha causó “comezón” entre los que tienen “derecho de piso”.
Aducen que los “jóvenes” silbantes llegan sin maduración
¿Cómo la van a tener sino es entrandole al ruedo?
Vimos errores en los partidos de la primera jornada. También en la liguilla pasada. Fueron los mismos.
¿Cuestión de madurez?
Esta situación exhibe “trapos sucios” de nuestro futbol.
Los silbantes deben defenderse de otra manera, en vez de estar a oscuritas haciendo pantomimas.
A los árbitros sólo los defiende el buen desempeño de su tarea. La interpretación del juego y la aplicación correcta de las reglas.
El reglamento es su “bunker”, su escudo y su zona de protección.
Sin embargo parece que es cuadernillo de reglas, entre más lo leen, menos lo comprenden.
Un tal Luis Santander y otros de la misma sepa, Paul Delgadillo y Alfredo Peñalosa son los sospechosos del movimiento, a pesar de su “amistad” con Codesal.
No creemos que estos quieran comprometerse con un cambio en el arbitraje nacional, de hacer bien las cosas. Sólo quieren vivir así, cerrando el círculo, sin dar espacio a los que vienen de abajo y que pueden ser tan o menos malos y erráticos que ellos.
Punto final.