Sólo recuerda que fue el “Cachas”. No sabe el nombre de quien lo fracturó en aquella final en 1985 ante Simón Bolívar en lo que fue el torneo del futbol Ferrocarrilero.
El juego por el título se disputó en la cancha de la Escuela Normal Veracruzama ya que el «Ferro» era insuficiente para albergar a los miles de espectadores que finalmente presenciaron el juego titular.
Jesús Agustín Báez Martínez es conocido por todos como “Negro Báez”. Juega actualmente para el Dukla San Bruno en la Liga Premier de la Fundación UV.
El ariete xalapeño, nacido en 1967, fue uno de los mejores atacantes de la liga de futbol del CDF (Ferro) y de la Liga Xalapeña en la década de los 80 disputando el protagonismo con Francisco Hermande, Víctor Vázquez y Armando Ortega, entre otros artilleros de la época.
Béez, fracturado, no atestiguó la “locura de Leanza” en ese partido. Fue el silbante autor de una de las jugadas más raras y extrañas que se pueden suscitar en una cancha de juego: ¡marcó un penalti contra Coapexpan en jugada que se suscitó en el área de Simón Bolívar!
“No recuerdo eso. A mí me habían fracturado y ya no estaba ahí”, dijo Báez, seguidor de las Chivas del Guadalajara de la Liga MX.
Y es que esa jugada ha quedado en la mente de aquellos que fueron testigos de la llamada “Locura de Leanza”, un silbante de por sí polémico que tuvo turbulentos episodios en su carrera luego de que lo señalaron como deshonesto en sus funciones.
“Nadie le reclamó a Leanza porque era un árbitro de Primera División. Pensábamos que esa marcación era algo nuevo y que él estaba bien” dijo en entrevista realizada en diciembre pasado Juan Manuel Torres otro de los integrantes del Coapexpan entre los años 70 y 80.
LA FRACTURA
“Fue una jugada en la que me escapé por la banda. Me llevé a dos defensas. Me entró Viveros (Miguel Ángel), me lo quité y luego entró el “Cachas”. Entre los dos me ‘barrieron’, pero el que me pegó fue el ‘Cachas’. Me fracturó el peroné”.
“Esa acción fue como a los 20 minutos de juego. Salí y ya no me tocó lo de la jugada de Leanza, árbitro que trajo el Simón Bolívar”.
¡QUÉ TIEMPOS AQUELLOS!
“Coapexpan era un equipazo” rememoró Báez Martínez. Eran 16 equipos en eses tiempo. Todos muy buenos.
“Hoy ya no hay calidad. Hay mucha cantidad. En nuestra generación era jugar con más garra, con más deseos de ganar, sin interesar si pagaban por hacerlo. En ese tiempo a nadie le pagaban. Al menos no lo recuerdo. No sé si a Viveros, que lo traían cuando él ya estaba jugando con Puebla”.
Agregó y concluyó:
“Simón Bolívar era un muy buen equipo en todas las líneas. Entrenaban, tenían patrocinadores. Nosotros éramos de barrio. Coapexpan era un equipo que nació de la nada y llegamos a la final”.