LA CONVIVENCIA DE”CHAVA”  CABAÑAS CON LA CHAMACADA DE CJUVER

 

Salvador Cabañas, el “10” que dejó huella en Jaguares de Chiapas, Tigres y América,  además de la Selección de Paraguay,  convivió la lluviosa tarde de este lunes con alumnos del Centro de Formación  CJUVER.

Con la sencillez de los grandes “Chava” arribó a la Unidad Deportiva  Universitaria pasadas las cuatro de la tarde. Lo hizo acompañado por sus más cercanos allegados, así como por Luis Alberto Pérez Córdova, presidente  del Club Juvenil Veracruzano.

CHAVA Cabañas, en la grada con los pequeños de CJUVER. El guaraní se comportó como todo un señor. sencillo y amigable.

A su llegada a la cancha 2 se notó la expectación entre los asistentes, especialmente  de los mayores, probables testigos  de las hazañas del guaraní en las canchas mexicanas, brasileñas y chilenas.

La vida de Cabañas Ortega cambió totalmente  desde aquella madrugada del  25 de enero de 2010 cuyos detalles ya no tiene caso comentar.

El sudamericano  se vio alegre. Disfruta del reconocimiento  en donde se pare. Juega al futbol  con las Leyendas del Veracruz y está aquí y allá.

CABAÑAS  con uno de los grupos  conformados por distintas categorías. La felicidad de los pequeños fue manifiesta.

 A medida que las filas y filas de niños –y los no tan niños– se alargaban para la foto con el astro sudamericano, las nubes empezaron  oscurecerse. Luego  la lluvia cayó a plomo.

GRANDES y pequeños gozaron de la presencia del sudamericano.

Todos se trasladaron al graderío de la cancha mixta. Hasta allá fue “Chava”. Las fotos siguieron. La paciencia del ex jugador se mantenía siempre en calma. Autógrafos y más autógrafos  solicitados, eran correspondidos.

Los  cruzazulinos, seguidores de otros clubes y hasta antiamericanistas, no dudaron en tomarse la foto del recuerdo  con el exgoleador azulcrema.

LOS autógrafos no pararon y «Chava» atendió a todos los solicitantes.

“Cómo te llamas?, ¡Sonríe!…”dame un abrazo” le decía Cabañas a algunos pequeñitos quienes, titubeantes, llegaba a su lado.

Ya en la grada y con la lluvia «armonizando» el momento, “Chava” se dirigió a los asistentes con emotivo mensaje. El staff de instructores de CJUVER, aun emocionados como niños, se tomaron fotos con el ilustre invitado.

Al final, ya todo estaba hecho. Y se escuchó el “ya nos vamos”. De ahí, con rapidez y sin escala, el grupo se enfiló hasta la salida del coso universitario, donde siguió repartiendo firmas a pesar de la lluvia.

CABAÑAS reconoció la calidad de las instalaciones universitarias.

Al final la experiencia fue exquisita. El don de gente de Chava está intacto. Es plausible su forma sencilla de ver la vida. No quiere estar en un banquillo como DT, quiere jugar, quiere seguir ayudando a su gente.

No es el que otros dijeron que había quedado en la ruina tras el lamentable hecho de 2010. Al contrario. Ayudó a sus padres  con la instalación de una panadería en Itauguá (a 30 kilómetros de Asunción, Paraguay) “para que ellos pudieran tener su propio negocio”, dijo el “Mariscal”.