IRVING AGUILAR QUIROZ: “SIENTO MUCHA FELICIDAD AL METER UN GOL”.

Es pequeño, ligero. Tiene  la pinta de goleador. Cuando se enfila hacia el  arco es un cohete. Llega y lanza un fogonazo. Se llama Irving Damián Aguilar Quiroz. Es seguidor de las Águilas del América.

IRVING es feliz jugando al futbol.

Juega para CJUVER en el Torneo Clubes Unidos de Xalapa que organiza la Liga Elite. Suma  seis años de edad. Estudia en el kinder de Xalapa 2000.

El espigado delantero  espera  pacientemente recoger el balón tras el despeje de la defensa. Controla y se enfila quitándose rivales. Este chico tiene el embrujo de los gambeteros.

IRVING, con su abuelo Raúl, su mamá Wendy y su tío abuelo Manolo, todos de la dinastía  Quiroz.

A su corta edad le toca disfrutar del futbol imaginario, de grandes hazañas en las que la cancha de la Unidad Deportiva Universitaria o cualquier otra se convierten en un estadio “Azteca” o un “Bernabeu” con un colosal griterío.

EL PEQUEÑO de seis años es americanista , admira a Henry martín y le gusta la sopa de coditos.

Los años le darán a Irving  la consistencia necesaria  para trascender en otros planos. Por ahora va bien,  muy bien diríamos.

Durante la entrevista se nota  un chico seguro de sí mismo, sin complejos. Es el perfecto heredero del buen futbol de los Quiroz.

Admira al delantero americanista Henry Martín. Le gusta anotar goles. Siente la felicidad que caracteriza a los cracks cuando logra acertar.

CON SU abuelo, el empresario Raúl Quiroz.

“Siento mucha felicidad al meter gol. Quiero meter muchos más”.

A Irving le gusta la sopa de coditos y las películas de dibujos animados. La cumbia es su música preferida.

CON TODA la pinta de un goleador.

 De los cruzazulinos  de cepa como su tío abuelo Manolo  Quiroz  sólo mencionó: “Es chafa”.

“Niños échenle ganas en su deporte”, dijo  Irving como mensaje a todos los pequeños quienes, al igual que él, saltan a las canchas de juego con la misma ilusión, con  la imaginación que los  convierte en héroes del balón.