La Selección Mexicana Femenil Sub-17 está ante uno de los desafíos más importantes de su historia reciente. Este miércoles 5 de noviembre, el conjunto nacional enfrentará a Países Bajos en las Semifinales de la Copa del Mundo que se disputa en Marruecos, en un duelo que promete alta exigencia táctica y emocional.
El antecedente inmediato entre ambos equipos favorece al Tri. En la Fase de Grupos, México logró imponerse 1-0 gracias a un tanto de Citlalli Reyes, en un partido donde la disciplina defensiva y la contundencia en los momentos clave marcaron la diferencia.
Sin embargo, aquel triunfo pertenece al pasado. En una Semifinal, las condiciones cambian y los márgenes de error desaparecen.
Países Bajos llega con sed de revancha. Su estructura de juego, basada en la posesión y la amplitud por los costados, ha sido una de las más consistentes del torneo.
México, por su parte, ha mostrado equilibrio entre solidez defensiva y verticalidad ofensiva, además de una notable madurez para gestionar partidos cerrados.
El cuerpo técnico mexicano deberá encontrar nuevamente el balance entre intensidad y orden. Repetir el planteamiento del duelo anterior podría no ser suficiente, ya que las neerlandesas han ajustado su esquema tras la derrota inicial.
La clave estará en la presión intermedia y en la efectividad al contragolpe, donde las jugadoras mexicanas han sabido aprovechar los espacios.
Más allá del resultado, la actuación del representativo nacional ya refleja el crecimiento del fútbol femenil en México.
El avance a semifinales confirma el trabajo en fuerzas básicas y la competitividad de una generación que entiende el juego con inteligencia y carácter.
A las 12:50 horas (tiempo del centro de México), rodará el balón en Marruecos. Y aunque el objetivo inmediato es lograr el pase a la final, el mensaje de fondo es más amplio, que México compite de tú a tú con las potencias.
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