La medida es lógica y debe ser entendible para la afición que buscaba acompañar, desde la tribuna, a sus Delfines. El evento del próximo sábado es de altísima convocatoria y se optó por evitar riesgos. El protocolo de desinfección o sanitización estaba listo, pero lo mejor fue el cerrar puertas.

Esta vez la reunión anual tendrá un matiz diferente al tratarse de un año singular que converge con el trigésimo aniversario del surgimiento de la entidad cetácea que, tras su etapa en el futbol profesional (1990-1996), se ha convertido en una de las principales entidades formativas y promocionales de jugadores en el Estado.

Muy buen sabor de boca dejó el equipo dirigido por Carlos Enrique “Quique” López en la justa hidrocálida que fue visoreada por buscadores de talento del Necaxa, mecanismo que el club ha adoptado en los últimos años.

Como en años anteriores la convivencia fue sencilla, sentida, con quienes debían estar. No hubo bulla ni encono, sólo una cancha, dos equipos y mucha emoción.
La mañana saleada fue un marco favorable para resaltar los 9 años de presencia social, de empeño en el servicio a la comunidad.