Bajo el brillo metálico de las espadas y el eco de los pasos firmes sobre el área de competencia, los Tigres de Esgrima de Xalapa han vuelto a rugir.
Con una delegación de 23 atletas, el club capitalino toma parte en el Primer Campeonato Nacional Selectivo de la temporada 2025-2026, una justa que no solo mide habilidades, sino corazones, con sede en Monterrey, Nuevo León.
El gimnasio de La Casa del Obrero, en la calle 16 de septiembre, colonia Independencia, es el escenario donde los esgrimistas se cruzan con sus sueños y determinación.
Allí, entre los mejores clubes y escuelas del país, los xalapeños portan con orgullo el estandarte de los Tigres-DX, equipo con sede en el Velódromo de Xalapa y en el Puerto de Veracruz, instalaciones del IVD.
Para el entrenador y fundador del club, Leandro David Ramos Ramos, de origen cubano, cada torneo es una página más en la historia de una familia forjada en disciplina, respeto y pasión. “Nuestros atletas llegan preparados, con la mente firme y el corazón dispuesto. Hemos trabajado para competir y para representar con dignidad a nuestra tierra”, señala con el tono sereno de quien sabe que la victoria no siempre se mide en medallas, sino en evolución.
En esta ocasión, los Tigres participan en las tres modalidades —espada, sable y florete, tanto en individual como en equipos—, enfrentando a los mejores del país en categorías que van desde Infantil «A», hasta Veterano Individual.
La competencia es intensa: los resultados de este certamen definirán el ranking nacional y la selección mexicana que representará al país en las próximas competencias internacionales.
Los nombres de los jarochos suenan con fuerza:
María José Guzmán, Niza y Katniss Rascón, María Fernanda Hernández, María Fernanda Montero, Rodrigo Macías, Alejandro Miño, Fátima Bernal, Daniel López, Carlos Santiago Miño, Sophia Alchaarawi, Ana Roa, María Valentina Escobedo, Mateo Aguirre, Efrén Herrera, Cayetano Pérez Tejada, Natalia Delgado, Valentina Villalva, Luis Santiago Delgado, Ethan Marín, Axel Alarcón, Emiliano Mariñez y Nicté García.
Cada uno de ellos representa una historia de esfuerzo, de madrugadas de entrenamiento, de manos que empuñan un arma con respeto y con sueños que apuntan alto.
El Club Tigres no solo ha cosechado triunfos deportivos —como los obtenidos en la Olimpiada Nacional de la CONADE—, sino también ha sembrado valores, como la constancia, la humildad y el espíritu de equipo. En cada duelo, hay una lección; en cada saludo antes del combate, un gesto de nobleza.
Mientras las luces del gimnasio regiomontano iluminan las pistas, los Tigres vuelven a demostrar que la esgrima no es solo un deporte, es un arte que enseña a levantarse, a pensar con estrategia y a competir con honor.
Hoy, Xalapa tiene en sus esgrimistas un reflejo de coraje, disciplina y esperanza. Y, sin importar el resultado final, ya son ganadores porque siguen demostrando que el verdadero filo de una espada está en la voluntad.
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