
El Mundial Sub-20 en Chile arrancó con toda la furia y, fiel a su apodo, el Grupo C, el verdadero “Grupo de la Muerte”, no tardó en demostrar por qué.
Marruecos, México, Brasil y España saltaron al césped del Estadio Nacional “Julio Martínez Prádanos” para escribir la primera página de una historia que promete drama, emoción y sorpresas.

Y la primera campanada ya retumbó en Santiago. Marruecos tumbó 2-0 a España, un resultado que cimbró al planeta futbolero.
Los marroquíes, con garra y disciplina, le dieron un golpe de realidad a una selección española acostumbrada a mandar en categorías juveniles.
Los africanos corrieron, metieron y no perdonaron cuando tuvieron que hacerlo, mientras que los ibéricos se quedaron sin respuestas, con el gesto desencajado y el marcador en contra.
Pero la jornada no se detuvo ahí. Más tarde llegó un choque con aroma a clásico continental: Brasil contra México.

Lo que parecía un duelo de estilos se convirtió en una montaña rusa de emociones. Los brasileños desplegaron su talento, los mexicanos respondieron con coraje, y al final el tablero quedó empatado 2-2, con goles repartidos y un sabor agridulce para ambos. Nadie salió plenamente satisfecho, pero todos dejaron claro que este grupo no da tregua.
La tabla sonríe a Marruecos, que lidera con tres puntos, mientras México y Brasil suman uno y España se fue con las manos vacías. Ahora, la presión sube: el próximo 1 de octubre a las 14 horas (tiempo de México) España y México chocarán en un duelo a vida o muerte, y después, Brasil medirá fuerzas con Marruecos, en un partido que puede definir jerarquías.

El Grupo C ya retumbó y dejó un mensaje claro: aquí no hay gigantes eternos ni víctimas seguras. Cada partido será una batalla y solo los más fuertes sobrevivirán.
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