El Tri se encontró con la eliminación en los octavos de final de Rusia como se encuentra a un viejo amor.
Fue la séptima ocasión consecutiva en Copa del Mundo. El Tri jugó con una estrategia arriesgada en el primer periodo, presionando a los sudamericanos de forma muy agresiva y haciéndolos sufrir cada vez que tenían el balón.
La idea era marcar un gol rápido y, a continuación, gestionar el ritmo del encuentro. Pero eso no sucedió.
No le alcanzó su futbol en su comparecencia ante el pentacampeón Brasil que se impuso 2-0 con goles en la segunda parte de Neymar (51’) y Firmino (83’).
Razones sobran por la eliminación del equipo dirigido por Osorio y la realidad se convierte es un muro en el que se estrella, una vez más, la ilusión.
Parecía que el Tri estaba para más por su gran cartel. Llegó a Rusia tras ganar su clasificación casi sin despeinarse. A eso se unió el talento y experiencia de casi todos sus integrantes quienes ocupan un lugar de liderazgo en ligas del estilo más competitivo de Europa.
Cada uno traía en sus bolsillos, sin duda, el enorme deseo de dar una satisfacción al país. Pero quedó fuera.
Su futbol fue ofensivo, con presión y una marcha sólida hacia el área rival. Trató de asaltar el área del arquero Alisson y en el intento dejó la piel en los alambrados cariocas.
Dio la sensación de llegada, pero el único apuro verdadero que sufrió Brasil fue al enviar a córner un potente tiro de Vela que se perfilaba para meterse por el centro pegado al travesaño.
El esfuerzo fue tremendo, pero no sirvió.
Osorio cometió el “pecado de Samara” al alinear de inicio a Rafa Márquez quien se despidió así del futbol activo. Lo hizo a nivel de clubes hace unos meses y ahora de la selección.
El veterano “Káiser” fue un muro menos sólido, pero en el tiempo que jugó cumplió. En la segunda parte vinieron los cambios.
Miguel Layún ingresó por Márquez al 45’. Jonathan do Santos, al 54’, entró por Edson Álvarez quien estaba amonestado luego de traer a raya a Neymar. El tercer cambio fue el de “Chicharito” Hernández quien dejó su lugar a Raúl Jiménez.
Por Brasil, Fernandinho (79′, Paulinho), Roberto Firmino (85′, Coutinho), Marquinhos (90′, Willian).
Y si Neymar había vacunado a México en una jugada en la que William sirvió por derecha el 2-0 fue algo parecido con la irrupción del “10” a toda velocidad con la marca rota. Su servicio calculado a la llegada de Firmino fue letal. Ninguno de los centrales volteó siquiera a ver quién llegaba en el ataque brasileño.
Con la losa encima el Tri buscó llegadas por aquí y por allá. Sin embargo no salía de su distorsión. Su cinturón de seguridad estaba roto. En su búsqueda masiva no había factor sorpresa y su objetivo de marcar al menos un tanto estaba a muy baja altura.
Finalmente se escuchó el silbatazo final del italiano Gianluca Rocchi. Amonestó a Edson Álvarez Filipe Luis, Héctor Herrera, Casemiro, Carlos Salcedo y Guardado.
Los jugadores mexicanos se quedaron viendo entre sí diciendo “eso fue todo”.
A México le sigue faltando el jugador de verdad grande que dé el plus decisivo en momentos críticos. Muchos jugadores buenos, ninguno extraordinario.
CHUY CORONA
José de Jesús Corona se convierte en el primer jugador en la historia de los mundiales en ser convocado a 3 copas del mundo y no disputar ni un minuto.