
Interino significa sin poder, sin alcance. Sólo es la cobertura —incierta—de un puesto. Así figura Mikel Arriola, el que quedó en lugar del llamado “Bomba” Rodríguez.
Si Mikel es interino, ¿en quién pensarán para el puesto?
Obviamente que debería ser alguien que no esté ligado institucionalmente a equipos de la FMF ni a empresas dueñas de esos equipos.

Juan Carlos Rodríguez, ex comisionado de la Liga MX, no es ningún tonto. Mostró que los mismos tamaños que lo llevaron a ser uno de los dirigentes más “poderosos” del fut azteca, son los mismos que usó para despedirse, para dejar el sillón, alejarse del fogón.
Así las cosas, Ahora Arriola hace su papel. Frágil, corto, incierto. Lanza un mensaje de unión entre los más fuertes del balompié mexicano. Los que –sin duda—mueven los hilos.

Se dirigió pidiendo “mantener un frente unido en la industria del futbol”.
Pidió que continuidad para los Programas Deportivos y Comerciales “en atención a nuestra afición”.
No tenía de otra más que hablar bien de la “Bomba”, de lucir lo hecho por la gestión anterior y los planes que quedaron en el escritorio, “manteniendo su curso original”.
A ver qué sucede con ese “gran proyecto” que finalizará después del Mundial de 2026.
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