GUARDIANES DEL FUEGO OLÍMPICO, EN XALAPA

  Mientras los reflectores oficiales parecen apagados y la indiferencia institucional se hace presente una vez más, un grupo de atletas veteranos se niega a dejar morir la llama de la tradición.

Con paso firme, con el corazón puesto en el recuerdo y la camiseta de Veracruz bien ceñida, el próximo martes 7 de octubre volverán a encender el espíritu olímpico en las calles de la capital veracruzana.

EN EL Estadio Xalapeño, simbolo del atletismo, su casa.

Son los guardianes del fuego,  hombres y mujeres quienes   hace 57 años protagonizaron el histórico paso de la Antorcha Olímpica por Xalapa rumbo a los XIX Juegos “México 68”.

Misma fecha

Fue precisamente un 7 de octubre de 1968  cuando el Fuego Olímpico llegó a Xalapa desde el Puerto de Veracruz.  Hubo ceremonia y la llamada velación, cuando el fuego yacía custodiado. Un día después   se dirigió a Córdoba  y ese mismo día a Orizaba.

El 9 de octubre  de Orizaba a Puebla; el 10, de Puebla a Tlaxcala;  el 11  de octubre a Teotihuacán y el día 12 rumbo al estadio Olímpico para  el protocolo de apertura de la  XIX  Olimpiada “México 68”.

UNA GRAN familia que preserva el espíritu olímpico.

“No hay apoyo, como siempre”, reconoce el profesor Ángel Luis Ceja García, incansable defensor del atletismo y de las tradiciones atléticas, pero con una sonrisa añade: “aun así, aquí estamos… no estamos dispuestos a romper la costumbre”.

El recorrido iniciará en la esquina de Xalapeños Ilustres y Zamora, avanzará por Enríquez, Viaducto, Zaragoza e Hidalgo, hasta desembocar en el estadio “Heriberto Jara Corona”. Ese coloso xalapeño, que acaba de cumplir cien años de historia —un centenario que, tristemente, ha pasado  inadvertido para las autoridades—, recibirá la marcha simbólica de alrededor de cuarenta atletas.

UNA antorcha de la época.

“No es una carrera, es una caminata”, explica Ceja, dejando claro que lo suyo no es competir, sino recordar. El acto no tendrá reflectores, ni discursos oficiales, ni tribunas repletas. Habrá, en cambio, memoria, dignidad y unas cuantas palabras que impidan que la fecha pase de largo, como tantas veces sucede en un país de olvidos veloces.

El martes, cuando las llamas simbólicas avancen por el corazón de la ciudad, no será solo el eco de unos pasos veteranos. Será la resistencia de quienes creen que el olimpismo es más que medallas: es espíritu, es memoria, es pasión.

Porque mientras existan atletas como Ángel Luis Ceja y sus compañeros, en Xalapa seguirá brillando —aunque sea con luz   discreta— el fuego eterno de la tradición olímpica.

ÁNGEL Luis Ceja, incansable guardián del Fuego Olímpico en Xalapa.

Inolvidables

Estos son  los atletas xalapeños y algunos invitados,  quienes  portaron el Fuego Olímpico rumbo a  la Olimpiada de  “México 68”. Algunos  ya no están  con nosotros y otros siguen firmes como custodios de la historia.    

Verónica Banda Colín, Susana Morales, Gladis Hernández, Catalina Ponce, Teresa Gorozpe, Julio Ochoa, Elena Verdejo, Ma. Eugenia Hernández.

La lista se alarga con Adiel Ramírez, Carlos Rodríguez, José Alberto Tejeda, Claudio Martínez, Antonio Chicles Villanueva,  Héctor Villanueva, Daniel Ayala, Hilario Yépez,  José Godos, Mario Bello,  Carlos Amaro, Ricardo Díaz, Álvaro García, Jorge Pérez, Mario Celis, Gregorio Castañeda, Santiago I. Murillo, José Sánchez,  Urbano Hernández,  Lorenzo Acosta, Jorge Ramírez, Fernando Pensabé de la Cruz,  Carlos Rojas, Ángel Luis Ceja, Tomás Celestino, Joel Rojas, Dimas Tornero, Rigoberto Hernández, Martín del Moral, Francisco Hernández, Miguel Ángel Vásquez,  Sergio Cruz, Julián Martínez, Víctor Flores, Raúl Casas, Gamaliel Hernández, Rafael Valenzuela, Fernando Landa, Anaximandro García,  Gregorio Martínez, Celerino García.

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