Dique se coronó en el futbol Máster tras superar 2-1 en la final a Rayos.
Mañana abrillantada por un sol radiante y una tribuna alegre.
En el campo de juego buen futbol. Más vistoso de un lado que del otro.
Conquistó la corona en una liga convertida en la mejor, por calidad de sus equipos y organización, además de contar con la funcionalidad del Campus CAD.
El equipo hilandero volvió al lugar más alto, en donde ha estado durante décadas.
Guadalupe “Kalú” García tuvo su tarde. Con sus goles –uno fue golazo– el banderillense coronó, en gran manera, el esfuerzo de Dique.
Joaquín “Chorejas” Espinoza había dado el empate momentáneo a Rayos en una corajuda jugada a bayoneta calada.
Parecía que el juego se iría a penaltis, donde cualquiera hubiera podido ganar. Pero lo que se quería era que todo concluyera en tiempo reglamentario, como fue.
El paso de balón de Dique fue desesperante para unos Rayos que estaban atrapados en un embudo. No encontraban salida. Su diseño de juego estaba estropeado.
Cada vez que se animaba a ir al frente sólo lo hacía para estrellarse en el muro que Dique construía ordenadamente en cada jugada.
Los campeones utilizaron la velocidad de pases, mientras que Rayos no conseguía concentrarse. Sin embargo el marcador no se movió en la primera mitad.
En el aire había cierta sensación de injusticia porque Dique había hecho todo para estar arriba en el marcador.
Al regreso del descanso Dique sorprendió con presión alta. Cerraron accesos y exigieron mayor empeño y sacrificio de Rayos Luego del primer gol de “Kalú” la presión jugó contra ellos.
El tanto fue un potente disparo desde fuera del área con comba integrada que se clavó en la portería.
Minutos después el gol de “Chorejas” tensó la cuerda nuevamente. Caso notable fueron los estirones del arquero rayo Juan Alarcón quien salvó a su equipo de perder por goleada.
Pero luego se desplomó tras el segundo tanto de Kalú, un “tren” con el balón pegando a los pies. Pasó varias veces de aquí para allá, driblándose hasta sí mismo.
Fue entonces que siguió el concierto de Dique. Convirtió la cancha en un pentagrama y tocó su mejor sonata denominada “Pura calidad”.
De Nando Hernández a Martín Olmos y este con Beto Lazcano o Kalú García o Edgar López, con el patrullaje de Elier García y Arturo García. Todo era una traslación hipnótica del balón.
Esteban Quiroz le puso experiencia al asunto hasta que se lesionó. Nada problemático el sustituir jugadores con una banca tan amplia como la del Dique.
Julio Landa, Amado Escobar y Aristóteles Montero complementaron la obra.
En el bando “eléctrico” siempre estuvo el overol de obrero puesto. Goyo Hernández se cansó de ir de aquí para allá ejecutando saques. Desde el área chica hasta más allá de las fronteras de la media cancha se la pasó golpeando balones hasta que Rogerio León entró al quite. Ambos excelentes jugadores.
José´ Medel, Daniel “Rasca” Castillo y Salim Iza no se quedaron atrás en el volumen de esfuerzo, lo mismo que Jorge Mulato y el campeón de goleo individual Jesús del Moral quien, por cierto, no terminó el partido tras recibir un fuerte golpe.
“Chorejas” Espinosa, Gerardo Andrade, Héctor Montano y Gonzalo González se vieron insistentes. Mucho ánimo, pero no salieron de la órbita que había demarcado Dique.
Terminó el partido, de futbol recio, de mucha verdad. Luego vinieron los abrazos entre los jugadores hilanderos, satisfechos de haber culminado una gran campaña.
Quedaron de lado las contrariedades y las malas caras, situación que genera el no meter la pelota cuando la ocasión se presenta.
Buen trabajo de la terna arbitral integrada por Miguel Hernández, Mario Martínez y Eduardo Hernández.
PREMIACIÓN Y CLAUSURA
Dique, como campeón; Rayos, subcampeón y Jesús del Moral, monarca de goleo individual recibieron trofeos y medallas.
APERTURA
El 1 de agosto se tiene programado el arranque de los torneos Premier y Máster, aunque todo depende de que los equipos cumplan con los trámites administrativos.