CRISIS DE SILBANTES  EN XALAPA  

El arbitraje en Veracruz atraviesa una de sus etapas más críticas. La falta de interés de las nuevas generaciones, el deterioro de la imagen del silbante en los medios de comunicación y, sobre todo, el temor a la violencia en las canchas, han provocado un déficit preocupante de árbitros tanto en el plano amateur y, por ende,  en el profesional.

José Luis Villanueva Rodríguez, presidente del Colegio de Árbitros “Julio Yáñez” de Xalapa, reconoce que el panorama se ha transformado radicalmente respecto a décadas pasadas.

JOSÉ Luis Villanueva.

 “Antes el árbitro era visto como una personalidad dentro de la cancha. Hoy esa credibilidad se perdió. La figura del silbante ha sido marginada y en los medios prevalece una publicidad negativa”, lamenta.

La situación se refleja en los números. El colegio que dirige Villanueva llegó a contar con 45 integrantes activos; hoy apenas son 22.

Al rescate

Hay que rescatar la figura del árbitro, indispensable para el futbol, que hoy parece estar más cerca de la desaparición que de la consolidación.

A nivel estatal, la delegación de árbitros profesionales de Veracruz también sufrió una reducción: de 40 elementos, apenas quedan alrededor de 20.

La pandemia aceleró este desplome, con varios árbitros que abandonaron la actividad o emigraron al extranjero.

A este desinterés general se suma el temor que provoca la violencia en las canchas amateurs, donde los árbitros carecen de protección y garantías.

Villanueva admite que ese factor es determinante para desalentar a los jóvenes. “La violencia influye en que no haya acercamiento. No solo pasa en el amateur, también en lo profesional. Es un problema de fondo”, explica.

El panorama no es alentador. Los aspirantes son pocos y la mayoría de los que están activos no son tan jóvenes.

 Un caso aislado es el de “Samoano”, un joven de 21 años que apenas comienza su preparación, convirtiéndose en el árbitro más novel del colegio.

Las mujeres representan otra oportunidad de crecimiento, aunque su presencia sigue siendo limitada. “Hoy tienen más apertura y oportunidades que antes, pero simplemente no se acercan. Hay interés, pero no el suficiente”, admite Villanueva.

En cuanto a la formación de nuevos silbantes las exigencias actiales exigen una metodología de formación diferente en la que se combine la práctica en partidos reales con la supervisión de árbitros experimentados.

De entrada, la explicación de un nuevo proyecto sería explicada en su momento por Villanueva Rodríguez.

Vocación

Villanueva es claro: sin renovación, el arbitraje local corre el riesgo de extinguirse. “El arbitraje requiere vocación, como los socorristas o los bomberos. No es para cualquiera. Pero si no se reivindica la figura del árbitro y se generan espacios de formación, pronto no habrá quién tome el silbato”, advierte.

La pelota está ahora en la cancha de colegios, ligas y autoridades deportivas: se trata de rescatar a una figura indispensable para el fútbol, que hoy parece estar más cerca de la desaparición que de la consolidación.

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