En una noche de emociones y entrega total, Cruz Azul volvió a imponer su ley en el Clásico Joven. Con garra, fútbol y carácter, los dirigidos por Nicolás Larcamón remontaron para vencer 2-1 al América en el estadio Olímpico Universitario, sumando tres puntos que confirman su gran momento en el torneo.
El América golpeó primero. Al minuto 30, Brian Rodríguez aprovechó un balón suelto en el área para definir de pierna derecha y vencer a Andrés Gudiño, firmando su quinto tanto del campeonato y silenciando momentáneamente a la afición celeste.
Pero la respuesta de la Máquina fue inmediata. Apenas tres minutos después, al 33’, Gabriel “Toro” Fernández cazó un rebote y con un derechazo furioso igualó el marcador. El uruguayo corrió a besar el escudo, desatando el rugido azul en las gradas.
El duelo siguió siendo intenso y de alto voltaje. Larcamón movió sus piezas con precisión quirúrgica, y fue justamente uno de sus cambios quien escribió el capítulo final.
Al 72’, Ignacio Rivero, capitán y alma del equipo, apareció dentro del área para conectar un disparo cruzado que venció a Malagón y selló la remontada.
América intentó reaccionar en los minutos finales, pero se topó con un Gudiño monumental, que atajó todo y sostuvo el triunfo con manos de acero.
El silbatazo final desató la fiesta cementera. Cruz Azul volvió a ganar con el corazón, demostrando que, bajo el mando de Larcamón, la Máquina no solo juega, cree, empuja y emociona.
Dejar una contestacion